Nicholas Burnett, economista principal del Grupo de Educación del Departamento de Desarrollo Humano del Banco Mundial, publica --en Finanzas y Desarrollo. Dic. 1995-- con dos consultores del mismo grupo, un artículo sobre prioridades de la inversión en educación que merece comentario.
Para los funcionarios del Banco es necesario lograr "una distribución más eficiente, equitativa y sostenible de las inversiones en educación". Apuntan que "la educación es una buena inversión económica. Por un lado, permite a los individuos y familias aumentar el ingreso, mejorar la salud y reducir las tasas de fecundidad. Por el otro, ofrece a la sociedad la posibilidad de elevar el PNB per cápita, reducir la pobreza y divulgar los conocimientos". Además, la inversión en educación es solidaria intrageneracionalmente, por cuanto una persona con educación tiene más probabilidad de asegurar la educación de sus hijos, y eso es sostenibilidad del desarrollo.
Ahora bien, nos enfrentamos con el problema de eficiencia en el sistema y de equidad que, sumados al aumento en la matrícula en el sector público, obliga a destinar más fondos públicos en momentos de austeridad fiscal, o bien, a buscar otras soluciones como la que impulsa en nuestro país Oscar Arias: vender el 49 por ciento de las acciones de telecomunicaciones del ICE para invertir en educación.
Para los funcionarios del Banco Mundial es necesario reorganizar los sistemas educativos, de tal manera que se logren las siguientes reformas esenciales:
1. Dar mayor prioridad a la educación, no solo desde el Ministerio sino como programa gubernamental. Los costarricenses tenemos ahora, con la propuesta EDU-2005 que ha hecho el Dr. Eduardo Doryan, que convertir la educación en una política de Estado, que va más allá de este gobierno.
2. Prestar atención a los resultados, mediante el establecimiento de normas de rendimiento y un adecuado sistema evaluativo. La propuesta del Dr. Doryan de evaluarnos con respecto a estándares internacionales cumple este cometido.
3. Dar énfasis a la inversión en educación básica, donde es más rentable. Urge emprender la lucha contra la repitencia y la deserción para que la rentabilidad de la educación básica sea eficiente cuantitativamente.
4. Buscar una mayor equidad, mediante la adopción de medidas administrativas y financieras tales como becas, transporte, libros y otros a estudiantes de familias pobres y grupos minoritarios (minorías lingüísticas y estudiantes, con necesidades educativas especiales). Debe hacerse cumplir la ley mediante la cual el año lectivo es de 200 días efectivos de clase y de 5 horas diarias cada día.
5. Intensificar la participación de la familia en la gestión de la escuela. Ello implica también la posibilidad de los padres de escoger a qué escuela envían a sus hijos y una mayor autonomía de gestión en las escuelas para poder establecer competencia y diferencias significativas que enriquezcan el proceso educativo en beneficio del mejoramiento cualitativo.
6. Ampliar la autonomía de las escuelas, lo que presupone autoridad para asignar sus recursos (e, indican los autores, no necesariamente para recaudarlos). La decisión del ministro Doryan de publicar los datos relativos a la promoción de las escuelas y colegios en las pruebas nacionales debe ir aparejada de una mayor posibilidad de los centros educativos para tomar medidas que les permitan superarse cada día.
Finalmente, nos indican los funcionarios del Banco, la necesidad de establecer "un consenso nacional (que) exige que las partes interesadas en el sistema educativo participen en un mecanismo de consulta nacional". En nuestro país, los esfuerzos del ministro Doryan por hacer de la educación una prioridad nacional deben permitirnos llegar a un acuerdo nacional sobre el modelo educativo del país para la próxima década, donde se busque --como lo señala la propuesta-- "insertar exitosamente al ciudadano costarricense en el siglo próximo. Un ciudadano capaz de construir y reconstruir el conocimiento crítico, creativo, flexible ante el cambio, tolerante y amante de la diversidad, gozoso de los bienes espirituales, optimista ante los retos, capaz de resolver problemas, tomar decisiones y dispuestos a hacer de su vida una constante búsqueda autónoma de nuevos y mejores aprendizajes".
Apoyemos a la Defensoría de los Habitantes, y a los comentaristas que se han referido antes a este tema para que sea realidad un ciclo lectivo de 200 días efectivos de clase, de cinco horas cada día. Apoyemos la propuesta del Dr. Doryan para definir un plan educativo a 10 años plazo. Revisemos nuestras prioridades en Educación que de ello dependerá nuestro éxito como país en el nuevo siglo.