Tiene razón don Helio Fallas al decir que una nueva ley de empleo público no ayudará a resolver su problema del déficit fiscal. Todo cambio en el esquema de pago de salarios de los empleados públicos tomará tiempo para verse reflejado en un menor gasto.
Los ministros de Hacienda, usualmente, quieren soluciones rápidas, con efectos que se manifiesten en su periodo de gestión. Por eso, don Helio, al igual que la mayoría de sus antecesores, prioriza la búsqueda de nuevos ingresos sobre los planteamientos de reformas para reducir y mejorar la calidad del gasto.
Prueba de ello es que llevamos muchos años ya hablando de reformas de impuestos, pero muy poco sobre reformas de gastos.
El pensamiento imperante ha sido que es mejor no echarse encima la bronca con los empleados públicos porque de todos modos los frutos de tal esfuerzo se los comerá otro gobierno. Con esa forma de pensar es como los problemas fiscales se han hecho cada vez más grandes, hasta que una crisis como la de Grecia o la que tuvimos a inicios de los ochenta obligue a tomar medidas drásticas.
Por no querer tomar la medicina amarga hoy, mañana habrá que recurrir de emergencia al hospital para una cirugía muy dolorosa.
El ministro Fallas trata de quitarse la presión de tener que atacar más fuerte el gasto, y aduce que el crecimiento de este es el menor de los últimos 10 años. Hay que reconocer que el Gobierno ha hecho un esfuerzo para contener el aumento de los gastos en bienes y servicios, pero eso no alcanza, pues ese rubro representa menos del 3% del gasto total.
En remuneraciones y transferencias, que representan casi el 90% de los gastos sin incluir intereses, el Gobierno se ha visto favorecido por una menor inflación. Pero cuando esta vuelva a subir, tal como ha dicho el mismo Banco Central, esos rubros volverán a crecer, debido a que no se ha hecho aún ningún cambio estructural.
Para ello hay que poner en discusión ya la ley de empleo público, tal como don Luis Guillermo Solís ha dicho, contradiciendo al mismo ministro Fallas. También hay que discutir las pensiones, para lo cual el Gobierno presentó ya atinadamente un proyecto de ley. Y, asimismo, deben analizarse las reformas para modernizar nuestro anticuado y obsoleto sistema tributario, a fin de reducir la evasión.
La agenda es grande, pero si no se aborda de manera integral y se piensa en soluciones a largo plazo, volveremos a tropezar con la piedra de siempre.
(*) Luis Mesalles obtuvo su doctorado y maestría de Economía en The Ohio State University y su bachillerato en Economía en la Universidad de Costa Rica. Actualmente, es socio-consultor de Ecoanálisis y gerente de La Yema Dorada. Participa en varias juntas directivas. Anteriormente, fue vicepresidente de la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, presidente de Academia de Centroamérica, profesor en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Stvdium Generale.