Consumir, consumir

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Han vuelto, puntuales, los atardeceres fríos cargados de anaranjados con celeste. Sí, señoras y señores, se nos acaba el año y otra vez a sobrevivir la atracada de tamales y a penar estoicos el frenesí de villancicos en los comercios (¿será posible pedir tregua para no escuchar por millonésima vez El portal de Belén?).








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