Columnistas

Animalidad

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Nos deja estupefactos la destrucción de invaluables tesoros artísticos y de recuperaciones arqueológicas de antiguas civilizaciones, perpetrada por los fanáticos del califato islámico y de grupos africanos afines. No hay nada que explique, y menos justifique, un comportamiento que solo puede ser considerado un impulso de animalidad imposible de atribuírselo a la materia viva pensante de la que creemos formar parte.








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