Surrealismo

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En momentos en que, por razones comprensibles, el fútbol es la referencia natural para buscarle solución a cualquier problema grande o pequeño, es válido recurrir a ejemplos balompédicos reales o imaginarios con el fin de examinar situaciones políticas, sociales, económicas y militares, para entender las cuales no contamos con suficientes neuronas. Imaginemos, por ejemplo, tres actuaciones arbitrales que podrían ocurrir al iniciarse un partido del Campeonato de Invierno de la liga mayor de fútbol de nuestro país. Primera: antes de dar por comenzado el partido, el árbitro se dirige al capitán del equipo A para indicarle que uno de sus compañeros, el que lleva la camiseta número 5, no puede ser alineado porque fue sancionado con dos fechas de suspensión a causa de la expulsión a la que lo sometió el árbitro de un encuentro anterior. Segunda: el árbitro les informa a los capitanes de que el partido arrancará con un marcador de dos goles para el equipo A y tres goles para el equipo B, porque esos fueron los tantos que estos equipos marcaron, respectivamente, en los partidos jugados la semana anterior frente a otros clubes. Tercera: el árbitro les hace saber a los capitanes de ambos equipos que expulsará de la cancha a todo aquel jugador que, estando el balón en juego, se persigne o dirija al cielo plegarias o imprecaciones.








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