Me atreví a filmar un video para presentar un libro mío. ¡Qué osadía! Aprendiz de narrador, balbuceo en el proemio: “Hola, soy columnista de La Nación, oficio fascinante que me permitió incursionar, a hurtadillas, en el maravilloso mundo de las letras. Les voy a presentar un libro que recientemente vio la luz, titulado Remembranzas, cuentos y picardías. Es una colección de historias cortas y amenas, unas sentimentales y otras muy pícaras, escritas a lo largo de los años. Son trozos de mi vida personal.
“Casi toda mi prosa fue concebida en el apacible remanso de mi cabaña, en San José de la Montaña, ambiente propicio para escribir: chubascos intermitentes sobre las solapas de cipreses y jaulares, mística neblina, noches largas y frías y, al amanecer, la tenue claridad al despuntar el sol por el cerro Dantas y confundir sus rayos con las luces que aún titilan en la lejana ciudad, mientras chisporrotean, en el fuego, generosos troncos de ciprés que anticipan la llegada de un cafecito dulce y caliente, como el amor.
“El amor es una constante en todo escritor. Por ahí se cuelan, encubiertas, inasibles musas a las que se aferran los que viven la solitaria pasión de escribir. Van y vienen marcando el camino de goces y fracasos, más nunca dejan el más leve rescoldo de rencor. El verdadero amor, el que no se renuncia ni traiciona y nunca dice adiós, es el que corre por los lazos de la consanguinidad. Se quiere con devoción a los padres, a los hijos y a los hijos de sus hijos. A ellos dediqué libro y video en la esperanza de que, al crecer, logren evitar mis yerros y devaneos y sepan cultivar mis valores liberales, incluyendo la pasión de escribir”.
El video narra Recuerdos de infancia, nostálgica evocación de cómo solíamos vivir en la primera mitad de la segunda mitad del siglo XX; Año nuevo en París, vivencias inolvidables de mis impetuosos años en la ciudad luz, con notas de Edith Piaf; Con los ticos no hay miseria, muy atrevida; Los de la Bajura, salpicada de bombas irreverentes al son del Punto guanacasteco ; y La Nica, inefable historia de amor musitada al sonar de Son tus perjúmenes mujer, de Mejía Godoy. Cierra con el himno del inmortal Frank Sinatra: I did it my Way.
Mi interés en difundir libro y video no es comercial; no podría lucrar con mis sentimientos ni los de ustedes. No los voy a vender. Siendo economista, no supe ponerles precio. Me basta pensar que, quizás, algún valor habrán de tener para seres con humor y sensibilidad.
Tengo una copiecita disponible en mi casa para mis lectores. Escríbanme.
jorge.guardiaquiros@yahoo.com