Gran cantidad de información contienen los 11,5 millones de documentos sustraídos del bufete panameño Mossack Fonseca. Lo que pueda suceder en adelante dependerá mucho del manejo de dicha información y de las reacciones de las autoridades. Para ello hay que entender las muchas aristas que emanan del caso.
Todo empieza con un robo de información privada. No importa que el bufete en mención se especializara en asesorar a personas en materia tributaria, al final de cuentas, se violó un derecho fundamental a la información privada.
El riesgo, ya materializado en muchos casos, es que el manejo de la información privada no sea el correcto. Por el simple hecho de que alguien este mencionado en alguno de los papeles sustraídos, muchos medios ya dieron por sentado que esa persona es culpable hasta que demuestre lo contrario.
Además, tener una empresa, sea en el país de uno o en el extranjero (las llamadas offshore ), no es un delito. Tampoco es ilegal tener operaciones comerciales fuera del país de uno. Es más, eso es muy normal en el mundo globalizado de hoy. El delito se comete cuando se da un mal uso de la empresa.
En la prensa internacional se encuentran casos en los que, mediante un análisis profundo de la información obtenida del bufete panameño, se logró desenmascarar el esquema utilizado para cometer actos ilícitos. Se dan casos de evasión del fisco, sobre todo en los países que tienen renta mundial. Pero, en realidad, los casos más sonados a nivel internacional no son de evasión de impuestos, sino de políticos y empresarios corruptos que utilizaron cuentas en el extranjero para esconder los dineros mal habidos.
En Costa Rica, a raíz de la información divulgada, el Ministerio de Hacienda y algunos diputados corrieron para ponerse de acuerdo para aprobar el registro de accionistas centralizado. Pareciera que existe el pensamiento de que con ello se acabarán los problemas de evasión del fisco. Eso es totalmente ilusorio. Muchos de los casos mencionados a escala internacional sucedieron en países donde el acceso a la información de los dueños de empresas es más fácil que en nuestro país, y, aun así, las autoridades de esos países no los habían identificado.
Para ayudar a reducir el déficit fiscal, el Ministerio de Hacienda debe analizar con profundidad los posibles casos de corrupción, desviación de fondos y evasión, y denunciarlos ante el Ministerio Público. Pero no puede dejar de tomar en cuenta que el grueso de la evasión de impuestos tiene que ver con la informalidad y el contrabando.
Luis Mesalles obtuvo su doctorado y maestría de Economía en The Ohio State University y su bachillerato en Economía en la Universidad de Costa Rica. Actualmente, es socio consultor de Ecoanálisis y gerente de La Yema Dorada. Participa en varias juntas directivas. Anteriormente, fue vicepresidente de la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, presidente de Academia de Centroamérica, profesor en la Universidad de Costa Rica y en la Universidad Stvdium Generale.