El presidente Solís ha demostrado poca destreza con los números. En su discurso del 1.° de mayo, confundió unas cifras relacionadas con los recortes al presupuesto, que luego debió rectificar con una fe de erratas. Comete, además, otra serie de imprecisiones que no deben pasar inadvertidas.
Nos dice que el crecimiento de la actividad económica del 2014 (3,5%) es el doble que en los países avanzados y el triple del promedio en Latinoamérica, y que eso es satisfactorio. Si bien las cifras son correctas, omite aclarar que es normal que nuestro país crezca al doble que los países avanzados.
Tampoco menciona que la comparación con la región no es válida. El promedio latinoamericano está dominado por países que se han visto afectados negativamente por la baja en los precios de las materias primas, mientras que a Costa Rica esa situación la favorece.
El presidente tampoco nos dice que el índice de actividad económica viene en caída. Ha pasado de crecer un 4%, en mayo del 2014, a un 2,7%, en febrero de este año. Además, el desempleo aumentó en ese mismo periodo. Es decir, en un ambiente internacional favorable para Costa Rica, la situación económica desmejora, y eso no es satisfactorio.
Luego, en su discurso, el presidente Solís acierta diciendo que “uno de los mayores desafíos que afronta Costa Rica es el que se refiere al déficit fiscal”. Pero luego nos hace pensar que la solución viene de camino, al decir que su gobierno ha hecho ya el esfuerzo suficiente para recortar el gasto. Se apoya en que el crecimiento del gasto total del Gobierno fue el menor de los últimos seis años, y que empezó el 2015 con la menor tasa de déficit de los últimos nueve años.
Pero la realidad fiscal es otra. El gasto total del Gobierno crece un 9,3% en el 2014, más del doble que en el 2011. Para el primer trimestre de este año, los gastos, sin contar inversión pública ni intereses, han crecido más que el promedio de los últimos cuatro años (10,4% vs. 9,7%). Como resultado, el déficit del Gobierno, a marzo, fue ¢441.000 millones, 9% más alto que el del primer trimestre del año pasado. Es decir, las cifras demuestran que no hay tal austeridad y que el déficit de este año no es el menor de los últimos nueve.
La imprecisión en el uso de cifras del presidente Solís le resta importancia a dos vías muy importantes para la solución de los problemas económicos: avanzar en la agenda para el fomento del crecimiento económico y el empleo, y la aplicación de una verdadera austeridad para ayudar a reducir el déficit fiscal.
Luis Mesalles es economista. Obtuvo su doctorado y maestría de Economía en The Ohio State University, y su bachillerato en Economía en la Universidad de Costa Rica. Actualmente es Presidente de Academia de Centroamérica, Socio-Consultor de Ecoanálisis y Gerente de La Yema Dorada. Participa en varias Juntas Directivas, y también en el Comité de Inversiones de IBP-OPC.