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Incentivos por torta

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¡Apareció una ballena azul de 20 metros por Cuajiniquil! Eso es algo aún más raro que ver pasear a un cocodrilo por el centro de Quepos, como ocurrió hace poco. A la ballena, ya muerta, la arrastraron las corrientes, pero del cocodrilo extraviado poco pudo averiguarse: no habló. Ambos estaban perdidísimos, casi tanto como el ingeniero del Conavi que se equivocó ¡80 metros! a la hora de trazar una carretera de dos kilómetros para el nuevo puerto de Moín.








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