Columnistas

Hormigueros

EscucharEscuchar

“Una violación de la ley por alguien investido de un poder público es mucho más grave que la misma falta cometida por un ciudadano privado”. A nuestro juicio, quien escribió esto lo hizo a la ligera porque no hay que ir tan lejos como a otro país para descubrir la abismal diferencia existente entre los resultados de los juicios incoados contra quienes transgreden la ley desde el ejercicio de altas funciones públicas y los de aquellos procesos seguidos contra los pobres diablos que han cometido delitos mucho menos graves y no pueden pagarse los servicios de abogados listos y laboriosos . De ahí que no nos impresionen esos fiscales o esos ministros que se pavonean exhibiendo estadísticas sobre exiguos éxitos judiciales, muchas veces fortuitos, cuando han sido notoriamente –y sospechosamente– incompetentes u omisos en el manejo de aquellos casos en los que estuvieron –o debieron estar– implicados personajes poderosos de la política. Por supuesto, la liviandad –si no la venalidad– de algunos jueces también podría contar, pero ese es el enanito de otro cuento.








En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.