Una nueva controversia afloró en nuestro mundillo financiero. Según algunos analistas, hemos ganado estabilidad cambiaria, pero perdimos la estabilidad de precios. ¿Tendrán razón?
Sí, pero no. Aciertan porque recobramos estabilidad cambiaria gracias a acciones del BCCR (antes y después de mayo), pero fallan al suponer que el colón se ancló ahí para quedarse; aciertan, pues ya la inflación excedió las metas (se sirvió de una vez pa’ todo el año ), pero yerran al creer que no se podrán rescatar.
Mi opinión es que, a corto plazo, el tipo de cambio se mantendrá y la inflación retornará a su nivel original. Pero, a largo plazo, el cuento se podría reescribir. Habrá que distinguir entre estabilidad del tipo de cambio nominal y equilibrio del tipo de cambio real (dos animales distintos), y reconocer que es más importante el equilibrio real que la estabilidad nominal. Si se sacrifica el primero al dilapidar reservas, habrá efectos negativos en el PIB.
También se debe recordar que existen altas diferencias entre la inflación interna (5%) y la internacional (2%), que sobrevalúan el colón. Si el tipo de cambio nominal permanece fijo, la mayor inflación interna restará competitividad a la producción nacional, pues los costos serán mayores. Ya se vio durante las bandas, cuando el tipo de cambio era prácticamente fijo mientras que la inflación interna triplicaba la internacional. ¿Qué puede hacer ahora el BCCR? Avanzar a paso firme hacia el esquema de inflation targets para anclar mejor los vaivenes del IPC, y rezar por que el Gobierno y sus entes controlen el gasto para no disparar tarifas. Si no, tendrá que dejar actuar al tipo de cambio para compensar las diferencias de precios y mantener el equilibrio.
Otra arista del debate son las operaciones cambiarias del sector público. Unos dicen que fue un error sacarlas del Monex, pues el BCCR le ha venido vendiendo directamente más de lo que compra en el mercado para reponerlas. Es cierto (por ahora). Yo le doy el beneficio de la duda bajo la premisa de que, al final, terminará reponiendo el faltante. En el segundo semestre del año, el mercado siempre ha sido superavitario y podrá completarlas en Monex. Además, el nuevo programa macro- contempla fortalecer reservas ($250 millones entre agosto del 2014 y diciembre del 2015), lo cual, junto a la decisión de la Directiva anterior aún vigente de limitar la intervención para preservar reservas y respetar la tendencia del mercado, le permitirá “salir tablas”. El test final será el nivel de reservas. Si, a fin de año, merman (aunque el tipo de cambio sea estable y baje la inflación), habrá gato encerrado. Y si no, no.