Columnistas

Fedefútbol y fábulas

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El perro Patán fue uno de los personajes de mis fábulas de niño. Oficiaba en la serie Los autos locos. Encarnaba a un verdadero inútil que se limitaba a acompañar los inevitables fracasos de su malvado amo Piero Nodoyuna. Cuando Piero fallaba contra los buenos y quedaba más magullado que jarro de soda, Patán entraba en escena con una risa burlona y contagiosa, entre asmática y neumático desinflado. De risa en risa, pasó de extra a estrella principal. Lo recuerdo por eso: nunca nadie le regaló nada y, lo que es respetable, no usó su fama para meterse en política. Aún hoy dan episodios perdidos de Patán por ahí.








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