Cuesta entender qué está pasando con Racsa. Un día se mete en un negocio y al otro, brinca a otro. En los últimos tres años, hemos visto a Radiográfica Costarricense rebotando en una lista de proyectos e inversiones como si fuera un abejón de mayo.
Ha pasado por la confección de guías telefónicas, los servicios de almacenamiento en la nube, el suministro de películas por Internet, las videocámaras para controlar la velocidad en vías, la Internet de banda ancha (y barata) que nunca vimos, y ahora pasa a proveedor celular.
Esa ruta de inversiones, que apuntan como a ver dónde pegan una, evidencia la falta de estrategia en esta empresa estatal, que fue innovadora y eficiente, pero que vino a menos con la apertura en telecomunicaciones y se convirtió en una carga para su dueño, el Instituto Costarricense de Electricidad.
Su saga de negocios ha costado cara porque ha dejado pérdidas. En el 2011 llegaron a $1,6 millones por mes; en el 2012, a $1 millón, al punto de que el presidente ejecutivo del ICE, Teófilo de la Torre, llegó a decir que no tenía seguridad de que Racsa sobreviviera. Sobrevivió, pero disparando a lo que salga.
El último cartucho fue la compra del operador virtual de telefonía celular Fullmóvil, que posee el 3% del mercado.
Si Fullmóvil tuviera su propia frecuencia, su propia red, sería un negocio de expansión para Racsa. Pero resulta que opera con las mismas frecuencias y la misma red del papá ICE.
Al final, para efectos prácticos, el que está adquiriendo a Fullmóvil es el ICE, a través de su subsidiaria. ¿Por qué el ICE no lo hizo directamente? ¿Por qué compró una marca con una clientela que opera en su propia red y que ya le generaba un rendimiento? Lo real es que ahora, mediante su subsidiaria, tendremos al ICE compitiendo con su marca estrella Kölbi... estamos frente a una duplicidad de servicios y costos, pero no hay explicación. Además, ni Racsa ni el ICE han dicho cuánto se pagó por Fullmóvil y el porqué.
Falta explicar otro porqué: en agosto del 2012 se definió que Racsa se enfocaría en negocios con el sector público... y resulta que el negocio celular es con clientela particular.
Es hora de que Racsa pare de disparar a cuanto negocio se le ponga enfrente y defina una estrategia que no varíe de la noche a la mañana, como ha ocurrido en estos años. Es mucho lo que ya hemos pagado los costarricenses por sus tiros al blanco.