Resolver el problema del alto desempleo sigue siendo una tarea pendiente en nuestra economía. Cerca de una de cada diez personas que busca trabajo no lo encuentra.
Si bien hay muchos factores que inciden sobre la generación de empleos, la educación es uno de los más importantes. Sobre todo, porque en los últimos años el crecimiento de la economía costarricense ha estado impulsado por industrias que requieren personal muy calificado –alta tecnología, dispositivos médicos, turismo y servicios empresariales–. En esta “nueva economía”, tener título universitario y saber hablar inglés mejora sustancialmente las posibilidades de conseguir empleo. Pero, además, para entrar a la universidad y para adquirir los conocimientos y habilidades que la sociedad moderna requiere, la educación primaria y secundaria es fundamental.
De las pruebas PISA efectuadas por la OCDE, nos damos cuenta de que nuestro sistema educativo tiene oportunidades de mejora, en cuanto a su labor de preparación de los jóvenes para esos nuevos retos y para conseguir un buen empleo en el futuro.
Por un lado, del 2012 al 2015 el país bajó la puntuación en las tres áreas evaluadas: ciencias, matemáticas y letras. Por otro lado, Costa Rica obtiene el mismo puntaje que Colombia, México o Tailandia, pero gasta el doble en la formación de cada estudiante (corregido por poder de compra). Además, nuestro país gasta la misma cantidad de dólares que Hungría, Lituania o Croacia, pero obtiene un puntaje mucho más bajo.
De las pruebas PISA del 2015 se concluye que no solo retrocedimos en la búsqueda del objetivo de preparar adecuadamente a los jóvenes, sino que, además, estamos gastando inadecuadamente los recursos disponibles. No por gastar más se obtienen mejores resultados. Hay que gastar mejor.
La ministra de Educación dice que ya han hecho cambios, pero que los efectos se verán hasta dentro de unos cinco años. Tiene razón en el tanto todo cambio en educación toma años en manifestarse. Pero las pruebas PISA también son una herramienta muy útil para estudiar las prácticas y políticas educativas que han implementado los países que obtienen los mejores resultados.
La base de información es muy amplia y valiosa. Esperamos que la ministra de Educación esté aprovechando al máximo esta herramienta para evaluar la bondad de los cambios que ha implementado el Ministerio. Nuestros jóvenes y el país no pueden darse el lujo de esperar cinco años para darse cuenta si la educación que reciben hoy es la adecuada para conseguir empleo en el futuro.