Según una reciente nota de este medio, ante un vacío legal que no ha podido dirimirse con la urgencia que el asunto amerita, se ha caído en el absurdo de afirmar que solo se pueden transportar personas a consulta, terapia o tratamientos en ambulancias, el más caro entre los medio de transporte.
La otra alternativa a la que el INS ha recurrido es al pago del costo del autobús a los pacientes que no requieran asistencia médica durante el traslado y que, además, no pueden cubrirlo. Pienso en lo duro que es para quienes vienen de lejos a citas tempranas en la mañana. Este no es el derecho de salud que merecen los costarricenses.
El problema se originó al sacar el INS a concurso el servicio de microbuses para el traslado de trabajadores temporalmente inactivos, que concluyó con la denegatoria del Consejo de Transporte Público (CTP) a dar autorización a las empresas adjudicatarias.
Parece que no existe reglamentación para el transporte colectivo de pacientes.
De existir esta falta de un reglamento, ¿cómo no fue detectada antes de proceder a la contratación? ¿Cuáles serán las implicaciones para la CCSS?
Repito, ¿por qué hasta ahora se toma nota de la ausencia de la normativa, cuando, desde el 2013, se anunciaba, según mi criterio, una muy acertada decisión de la Caja de apostar por los microbuses para trasladar a los pacientes que viven fuera de la GAM, dado que el 60% de los traslados no requería del servicio de atención de emergencias, sino simplemente presentarse a una cita de control?
Simultáneamente se anunció que esa decisión, junto con la creación de 13 rutas, maximizaría el servicio y le ahorraría a la CCSS ¢3.000 millones desde el primer año.
Al momento de escribir esta columna, el INS había solicitado una autorización temporal mientras se aclaraba el vacío jurídico. Por otra parte, autoridades de Salud se abstienen de emitir el reglamento y encomendaron a la Dirección Jurídica tramitar una consulta ante el CTP para aclarar las competencias. Y los pacientes, ¿qué?
La excelente noticia de que la CCSS acaba de adjudicar la compra de 111 ambulancias, para renovar el 66,5% de la flotilla institucional, lo que mejorará la calidad y oportunidad del servicio, pierde lamentablemente fuerza frente a la falta de previsión para solventar los traslados de pacientes a consulta. ¡Paradoja nacional!
Nuria Marín Raventós es licenciada en derecho por la Universidad de Costa Rica y máster en artes liberales por Harvard University. Es cofundadora y vicepresidenta del grupo empresarial Álvarez y Marín Corporación.