Los problemas originados por el mal estado de las vías y sus esporádicas reparaciones se han agudizado últimamente, producto de la mala planificación del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y de las diferentes municipalidades del país.
La incapacidad administrativa puesta de manifiesto por esas instituciones durante el pasado invierno --que le impidió rellenar los huecos y mantener en buen estado la red vial--, se asemeja a la carencia absoluta de sentido común de los funcionarios encargados de planear las reparaciones en las vías públicas.
Prueba de ello fue el caos que se produjo en el sector norte del Paseo Colón el miércoles anterior, al mediodía, cuando, por falta de previsión, información oportuna, y de la cooperación de los oficiales del tránsito, vehículos de todo tipo perdieron alrededor de hora y media en una presa similar a la que causó hace algún tiempo, en la autopista Próspero Fernández, la inauguración de Multiplaza.
No menos de treinta buses, repletos de pasajeros, pasaban de una calle a otra, se devolvían y de nuevo se atascaban entre automóviles y camiones conducidos por choferes sudorosos y de mal genio. Todas las vías aledañas a la terminal de autobuses conocida como la "Coca Cola" y las que comunican a Barrio México con Pitahaya estaban abarrotadas de vehículos que no respetaban ni la más básica de las reglas de tránsito.
No había ni una sola señal que indicara, con la distancia adecuada, que se estaban realizando obras en la vía y, en consecuencia, miles de costarricenses perdieron valioso tiempo... y paciencia.
Todo porque la Municipalidad de San José inició ese día un programa de bacheo que cubrirá un amplio sector de la capital. Una acción que debería ser aplaudida por todos, se convirtió en un lío de tránsito como los ocurridos, recientemente, en los alrededores de la Asamblea Legislativa y en la avenida quinta, en el centro de San José.