¡A circular con las luces encendidas en el día! Ignoro de quién salió la orden pero es común en este momento ver una gran cantidad de vehículos transitando con los focos prendidos.
Según parece, la idea la trajo un funcionario que hizo una visita a Suecia, donde esa práctica es usual y ha ayudado a disminuir los accidentes de tránsito porque la luz alerta a los conductores. La intención en principio es plausible y no dudo de su eficacia en ese país, por sus condiciones climáticas y porque la gente es respetuosa y disciplinada. Pero en Costa Rica el problema de la anarquía vial anda por otro lado.
En primer lugar, no existe conciencia del verdadero propósito de la medida y la gente tiende a seguirla primero por moda (en copiar cosas nadie nos gana) y luego por vacilón.
En segundo lugar, ¿alertará realmente una luz en la brillante luminosidad de un típico día soleado costarricense? Además, ¿alertará de qué?, ¿de que viene un irresponsable rayando en curva?
En tercer lugar, ya basta de plantearle nuevas normas a los conductores. Aquí lo que falta es mano dura con los infractores del montón de regulaciones que existen.
Si ahora los inspectores de tránsito se van a dedicar a controlar quién trae los focos como consumidor viendo una lista de precios, aviados estamos.
Lo que se necesita es que se demarquen bien las zonas de seguridad y haya autoridades vigilando su acatamiento, que se soque a los autobuseros que no respetan las paradas y recogen pasajeros en cualquier parte, que se multe a los taxistas y todos aquellos con licencia E-1 (de energúmenos) que violentan cuanta regla vial hay, que se castigue realmente a los choferes ebrios.
La lista puede resultar interminable y ahí es donde deben concentrarse los esfuerzos. De una vez por todas hay que empezar a acabar con la vulgaridad conque manejamos los ticos.