¿Se equivocaron los expertos internacionales al pronosticar un alza del 20% en los precios del petróleo para el 2017? ¿Nos equivocamos nosotros al dejarnos llevar por sus cálculos? Si fuera así, habría que corregir las estimaciones y sus efectos en los precios, el tipo de cambio y las reservas.
El Banco Mundial calculó un precio de $57 por barril (p/b); el FMI estimó un alza mayor, del 20% en el 2017, que lo llevaría a $60 p/b; el Banco Central se fue un poco más arriba en su programa “macro” para el 2017, de $66 p/b (incluidos $12 por diferencia histórica entre el precio del crudo y del valor de producto final); y algunas firmas consultoras se centraron en $60 p/b. Sin embargo, eventos recientes sugieren que, quizás, el valor del crudo será más bajo y estable este año. Actualmente ronda $48 p/b.
Análisis recientes revelan que el aumento de precios a fines del 2016, que lo ubicó en $52 p/b, ha estimulado, de nuevo, la producción de otras fuentes, principalmente de esquisto ( shell oil ), e incrementará la oferta mundial. Recuérdese que su tecnología, costos y productividad han mejorado, que ya no necesita precios tan altos para subsistir y que, contrario a los pozos más convencionales, pueden reactivarse en plazos más cortos.
El alza de inventarios arrastrado desde el 2016 contrarrestó los efectos del acuerdo de la OPEP para disminuir la producción y subir precios (incumplido por algunos miembros), por lo que las cotizaciones, en vez de subir, más bien bajaron. La Agencia Internacional de la Energía reconoce que salir de la acumulación de inventarios tomará todo este año (siempre y cuando no surjan fuentes adicionales). Por otro lado, hay un exceso de oferta mundial sobre la demanda mundial que solo será absorbido en el 2018, según un nuevo estudio del FMI ( OPEC’s Rebalancing Act, marzo del 2017). Además, la reciente aprobación del oleoducto de Canadá (Keystone) podría aumentar la oferta en EE. UU. y presionar el precio a la baja, una vez concluido.
¿Hacia dónde conducen estas consideraciones? El precio del petróleo no será una amenaza en el 2017, sus efectos en los demás bienes importados serán moderados, nuestra factura petrolera podría resultar un poco más baja que la originalmente estimada y el tipo de cambio no tendría que subir, ni las reservas caer, por esas razones. Claro que a largo plazo las cosas pueden variar, pero no está mal desayunar esta mañana con alguito de buenas noticias energéticas.