La semana pasada fue pródiga en noticias buenas, dudosas y jocosas. He aquí algunas de ellas. Ustedes dirán a cuál categoría pertenecen.
El Ministerio de Hacienda promoverá una ley para racionalizar las abundantes (y abusivas) exenciones y exoneraciones vigentes, que ascienden a 1.259. ¡Ya era hora de proponer algo bueno!
Mientras el producto interno bruto (PIB) creció solamente un 3,5% el año pasado, las ventas de Florida Ice & Farm se dispararon un 11% (tres veces más). Definitivamente, los ticos somos birreros .
Al presidente le gusta mucho viajar. Se deleita en los aviones. Recién anunció un nuevo periplo a Estados Unidos para promover la inversión extranjera. Jack’s Foods también viajará, pero por razones menos placenteras. Más dólares en Costa Rica se negociarán, de rigor, en Monex, y esto deprimiría el tipo de cambio y la competitividad.
La directora del Centro Médico Beth Israel, en Nueva York, Rebecca Solomon, asegura que los niveles de colesterol están relacionados con la genética y el consumo de grasas saturadas, no con la ingestión de huevos o mariscos. ¡Qué bueno!
Suzane Steimbaum, cardióloga del Hospital Lenox Hill, reconfirmó que “los huevos están llenos de nutrientes beneficiosos”. No tengo elementos de juicio para dudar; los economistas sabemos poco de nutrientes, pero los disfrutamos. A juzgar por la evidencia empírica, puede tener mucha razón. También deben ser buenísimos para la fecundidad.
En esa misma onda, la Guía Alimentaria para los Estadounidenses dio luz verde: “Los huevos y mariscos pueden formar parte de una dieta alimentaria saludable”. ¡Mmm! Combinar huevos con mariscos promete ser una dieta rica y explosiva, pero hay que ser adinerado. Como el ingreso promedio de los ticos es bajo, no les queda más que aferrarse a los huevitos. Unos los prefieren fritos; otros, pasados por agua (con el frío matutino); los más masoquistas exigen huevos pateados; pero, a la ranchera, con salsa de tomate natural y buen picante, son los predilectos de una singular nutricionista residente en la zona rural.
La nueva camada de especialistas recomienda observar una dieta balanceada, a base de posturas frescas de gallina criolla habilitada. Eso sí, con moderación. Solo dos por persona. El exceso puede producir trastornos cardiovasculares, gástricos o emocionales, acompañados de querellas conyugales y, en casos extremos, divorcio a la italiana, cuando uno, o una, está indebidamente preparado, o preparada, para servirse más de dos a la vez.