AyA dejó calle rota
Una vez más, Acueductos y Alcantarillados (AyA) rompe la calle y la deja dañada. Hace un mes, hicieron trabajos al costado oeste del parque de San Francisco de Goicoechea, hacia el norte, hasta el Instituto de Desarrollo Profesional Uladislao Gámez. Pero, como es usual, el relleno se lavó y ni la empresa contratada ni el AyA se hacen responsables de reparar la calle. ¿Dónde están el MOPT o la Municipalidad para exigir la reparación? ¿Habrá alguna compensación para los vecinos, comerciantes, usuarios de buses, empresas de transporte y trabajadores que circulamos por ahí?
Édgar Cascante Zúñiga, Goicoechea
Panorama gris
A las puertas de una elección presidencial, estamos ante un panorama gris. Un candidato que coquetea con el sindicato de Recope cae en el mismo juego del presidente Solís: los metió en la casa y después se encargaron de bloquearle la mesa de diálogo social. Otros candidatos vuelven a la política tradicional y ofrecen bonos de vivienda y eliminar las filas de la Caja, otro saca el costo de la vida para endulzar a las familias pobres en un momento en que la inflación está controlada y otro vuelve a prometer que eliminará las presas y construirá un metro como el de Nueva York, pero ninguno habla de un acuerdo nacional, ni del déficit fiscal, de infraestructura o impulso a la economía. No dicen cómo hacerlo ni de donde vendrán los recursos. Candidatos: los costarricenses ya nos pellizcamos y no comemos cuento.
Gustavo Elizondo Fallas, Santa María de Dota
Exceso de carros
Heredia dejó de ser, hace tiempo, la ciudad apacible de antaño. Hoy es una ciudad con un movimiento automotor muy denso. No obstante, son muy escasos los semáforos en el centro e inmediaciones. Algunas avenidas, como la central y otras en sentido este-oeste se han vuelto casi infranqueables para los peatones por el flujo constante y la alta velocidad con que pasan los vehículos. Los semáforos intermitentes o los reductores de velocidad ya no son la solución.
Urgen semáforos que regulen el movimiento vial, lo mismo que semáforos peatonales y pasos de cebra que garanticen la seguridad de las personas, especialmente de los niños y los adultos mayores. Lo mismo es necesario para varios puntos de la periferia.
Eugenio Murillo Fuentes, Heredia
Muerte de ancianos
En el hogar de ancianos de San Ramón, de 56 mayores que había, más de 30 se intoxicaron y dos murieron. José Manuel Elizondo, abogado de la institución, dijo que no había pasado nada, que sucede a cada momento, que no es cosa extravagante y que todos morimos. Sobran los comentarios. Los adultos mayores podrían decirle a ese abogado “no me defiendas, compadre”.
José Manuel Godínez Salazar, San José
Pescadores de votos
Apoyo el artículo del sociólogo Esteban Chaverri (Opinión, 8/11/2017) sobre la ley 7600. En él dice que a la hora de buscar votos los grupos socialmente vulnerables son los más cotizados por los pescadores de electores, a los que prometen cielo y tierra. Uno de estos grupos es el de los discapacitados, que son el 10,5 % de la población. Esas personas piden que se apliquen las leyes 9379, para gozar de verdadera autonomía personal y de acceso igualitario, y la 9049, para que las personas sordas reciban educación en lenguaje de señas. Les deseo que tengan más suerte y que su esfuerzo se vea compensado, porque el uso indiscriminado de la Ley 7600 perjudica a los más necesitados.
Juan Roca Viola, San José
Chances más caros
Vendedores ambulantes de chances en la avenida central y algunos en las cercanías del Hospital Nacional de Niños hicieron ganancias extras a costillas del atractivo premio de los chances del Viernes Negro. El precio de la fracción era de ¢1.000, pero esos vendedores la ofrecían a ¢1.200 o a ¢1.300. La Junta de Protección Social debería revisar este fin de año los precios de venta de la lotería.
Francisco Rodríguez Carranza, San José