Nacidos para tributar
¿Dónde está el límite?
Sucede aquí, y al parecer en casi todo el mundo, que los seres humanos nacemos para pagar impuestos. Está bien y es lógico que debamos tributar, pero ¿hasta dónde?
Está probado que a los gobiernos lo que les importa es exhibir obras, y a los contribuyentes les gusta verlas y hasta disfrutarlas, pero parece que nadie tiene la capacidad de determinar dónde está la línea que le evitaría al ciudadano convertirse en esclavo del Estado y, por tanto, tener una vida digna y disfrutar de los logros comunes.
Los políticos, una vez convertidos en gobierno, pierden la noción de justicia y bienestar común para tratar de hacer de su pueblo el salvador de sus logros mal calculados mediante impuestos y más impuestos. Le pasa al gobierno de Luis Guillermo Solís, que hasta ahora no da muestras de cordura y quiere conducir al ciudadano medio a la pobreza y al pobre a la miseria. Todos queremos justicia social, pero bien direccionada y no arrastrando a la colectividad a una fosa común.
Vicente Saborío Carballo
Alajuela
SOS a la Cruz Roja
No entiendo cómo es que existe presupuesto para que los políticos viajen, para nimiedades, meriendas etc., mientras por los medios de comunicación nos enteramos de que se cerrarían algunas bases y se despediría personal de la Cruz Roja.
Para nadie es un secreto la encomiable labor que realizan los socorristas todos los días del año. Ellos no conocen Navidad, Año Nuevo o Semana Santa, pues es cuando más están a disposición del pueblo, cuando más deben cuidar a la gente y atender sus necesidades. ¿Podría el presidente Solís dejar de viajar y usar ese dinero para cubrir las necesidades de la Cruz Roja? ¿O seremos los costarricenses quienes aportemos, con gusto, el porcentaje que falta?
Silvia Mancilla León
San José
Matrícula en la UCR
El 2015 se inicia para 36.000 estudiantes de la UCR, la segunda mejor universidad de Centroamérica, según Webometrics. De estos, más de 8.000 son de primer ingreso.
Hace solo semanas, estos miles de jóvenes comían ansias, la preocupación los invadía, se les apretujaba el pecho. Con las manos frías y nerviosas, esperaban impacientes su turno en las citas de matrícula, y desesperados preguntaban, por todos los medios posibles, si quedaba lugar en alguno de los abarrotados cursos, los cuales iban desapareciendo del sistema conforme pasaban los minutos. Algunos lloraban de la zozobra de no saber qué sería del avance en su plan de estudios. Luego comienzan las casi siempre inútiles y largas listas de estudiantes sin cupo, quienes solicitan la apertura de más cursos.
Así, el ciclo lectivo se inicia y, con él, la frustración de estudiantes que le suman años a su permanencia en las aulas y pasillos, los cuales cada vez más se inundan de jóvenes promesas que la universidad pareciera no poder sostener.
Gustavo Jiménez Machado
Alajuela
Adultos mayores maltratados
El 12 de marzo, en la tarde, vi cómo enfrente de la iglesia de San Pedro de Montes de Oca los taxis irrespetaban el paso para adultos mayores, a tal punto que los choferes les decían que pasaran por otro lado. Lo correcto es que los taxistas respeten las zonas de seguridad porque, sin lugar a dudas, ellos también llegarán a ser ancianos.
Diana E. Aguilar Ramírez
San Pedro de Montes de Oca
A la espera de cirugía
El 28 de febrero, a las 9 p. m., acudí con mi madre al servicio de emergencias del hospital de Alajuela, porque ella sufría un dolor en la vesícula. Estuvo ahí hasta el 1.° marzo. La doctora a cargo le entregó una referencia que debía llevar al Ebáis donde la atenderían. El 7 marzo mi madre volvió a ingresar a emergencias. Estuvo internada durante tres días. Un cirujano la vio y le entregó un papel para que lo llevara el 12 de marzo a cirugía ambulatoria. Ahí le dijeron que debía esperar campo. Mientras tanto, mi madre sigue con dolor. ¿Dónde está el derecho de los costarricenses a la salud? Exijo una respuesta de parte del hospital.
Hazel Brenes Álvarez
Alajuela
Buses de barrio México
El servicio de buses de barrio México, a pesar de que recientemente se le adjudicó a otra empresa, va de mal en peor, en especial el horario, que es totalmente irregular. En ocasiones, los buses no se detienen en ciertas paradas porque van a más de su capacidad. La situación es una burla para quienes esperan. Otro calvario es la incomodidad en varias unidades, en especial para los adultos mayores. Demandamos que la Defensoría de los Habitantes actúe en este y en otros problemas que aquejan al popular e histórico barrio capitalino.
Halley Castro Ramírez
Barrio México