Defensa de sector
contra impuestos a cooperativas
Pertenezco a Coopenae desde hace más de 16 años. Me rebajan un porcentaje de mi salario. Me anotan una partida llamada FIC, que hace unos meses me devolvieron por mi jubilación. Pago por una póliza de vida de ¢11 millones. Con el capital de todos los afiliados, nos hacen préstamos y podemos ahorrar con intereses favorables. Nos entregan excedentes según el ahorro y préstamos de cada uno. Podemos hacer uso de algunos convenios. Se nos invita a reuniones de asociados que tienen inversiones. Se trabaja con buenos controles y gastos administrativos equilibrados. Una vez al año, se reúne la asamblea general (yo nunca he asistido), donde nombran comisiones de los mismos asociados para ejercer controles y donde estos pueden externar sus quejas, como si se debe o no financiar a grupos o equipos deportivos, infraestructura, etc.
Es decir, las cooperativas son organizaciones de responsabilidad social, que funcionan para beneficio de sus asociados; no como en la banca pública, donde se reparten millones entre los funcionarios por el simple hecho de hacer bien las cosas. Un 30% de impuestos a nuestros propios esfuerzos sería un duro golpe a nuestros ahorros.
Mario Valverde Montoya
Desamparados
Idea para cruces del tren
¿Quién no ha disminuido la velocidad o se ha detenido al ver un reductor de velocidad (“muerto”) en la calle? ¿Quién no se ha llevado un buen susto si manejaba distraído cuando se encontró de pronto con uno en el camino?
Pues propongo una solución rápida y barata para evitar los accidentes en los cruces de tren; porque una barrera automática (“aguja”) cuesta de $2.000 a $3.000, y hay que sumar la instalación y la electricidad.
Sugiero, entonces, construir tres reductores antes de las líneas del tren: el primero, de aviso y prevención; y los otros dos para detenerse, y que las llantas delanteras queden entre ellos. ¡Al que no se detenga con todo esto, pues mejor que le anulen la licencia o que se atenga a las consecuencias!
Manuel Sánchez Rojas
Limón
Dos personas en motocicleta
No apoyo la iniciativa del director del OIJ. ¿Es que ya las personas honradas no tenemos derechos? ¿Qué hay de las parejas que cuentan con este medio de transporte para movilizarse a sus trabajos y hacer otros quehaceres, como compras e ir a las escuelas a recoger a los hijos? Señores, ¿no se dan cuenta de que la delincuencia viene a pie, y en dos y cuatro ruedas? ¿O es que también a los dueños de automóviles les van a poner esta medida? Creo que deben de analizar bien cuáles soluciones tomar sin perjudicar la integridad de la familia.
Lilliana Araya Bermúdez
Desamparados
Enamorate de tu Ciudad
El programa Enamorate de tu Ciudad desapareció. Una iniciativa que ayudaba a llenar San José de un ambiente positivo cada fin de semana simplemente ya no está.
Con la promesa de llevarlo a otras comunidades, se quedó en nada y hasta borraron el perfil de Facebook.
Ojalá la Municipalidad de San José y el Ministerio de Cultura cumplan con revitalizarlo y no se quede en buenas intenciones. Una ciudad vacía es una ciudad peligrosa, y San José necesita llenarse y disfrutarse.
Lourdes Mora Vega
Zapote
A la espera de servicio
Desde el 2 de marzo reporté al ICE mi línea telefónica averiada. El problema es que se escucha un ruido al hablar, y cuando se vienen las ráfagas de viento se cortan las llamadas.
Siento que como vivo en la entrada de León XIII no han querido venir.
Virginia Jiménez Rojas
San José
Baños del Teatro Nacional
El martes 24 de marzo andábamos en San José y mi novia tuvo ganas de ir al servicio sanitario. Inocentemente, le dije que fuera al Teatro Nacional, que es un lugar público. No obstante, le impidieron entrar, diciendo que el teatro es público, pero los baños son privados. Solo lo pueden usar clientes, por orden de la directora.
Una humillación y falta de respeto. “¿Cómo vamos a dejar entrar a cualquiera?”, le dijeron.
Hugo Daniel López
San José
Vacaciones en Semana Santa
Después de una larga jornada laboral, todo ser humano necesita un descanso para recobrar energías y luego continuar con el compromiso.
Es injusto que el presidente Solís decidiera tomar una semana de vacaciones, marginando con este desplante a la clase trabajadora, a la que solo le dio tres días de la Semana Santa. Lo ocurrido duele a las familias que se habían organizado para salir de paseo.
Manuel Antonio Campos Guevara
Cartago