Más que un sueño
Solicitud de pensionado
Anoche soñé que la Sociedad de Seguros de Vida del Magisterio Nacional (SSVMN) acordaba “auxiliar a aquellos asociados que no disponen de los medios económicos necesarios para solventar la precaria situación económica que se les presente”. En ese sueño, se tomaba en cuenta la edad, 70 años cumplidos, para recibir el adelanto mutual garantizado.
Hoy, ya despierto, pienso que quizá sea posible que se plasme dicho sueño. No solo por razones de salud, sino porque merecemos una arrimada de hombro. Creo que no solo el abandono o desamparo comprobado son causas para recibir ayuda pues siempre hay necesidades de tipo económico que aparecen frecuentemente.
Es justo, necesario y conveniente dar una ayudadita al contribuyente anciano de la SSVMN, que lleve bienestar al educador en sus últimos años de vida. Estimados señores de la Sociedad de Seguros: sigan con esa noble misión de “Fortalecer de manera óptima el régimen de seguro mutualista para garantizar la protección de la gran familia del sector educativo nacional”.
Eduardo Quirós Chávez
San José
El aguinaldo y Mandinga
La cucarachita Mandinga, personaje de Los cuentos de mi tía Panchita , aunque nos resulte lejana o antigua, tiene mucho que ver con la actualidad. “Había una vez una Cucarachita Mandinga que estaba barriendo las gradas de la puerta de su casita, y se encontró un cinco. Se puso a pensar en qué emplearía el cinco”.
Resulta que los ticos tenemos un patrón similar con respecto a nuestro aguinaldo pues, a pesar de que no es algo que “encontramos”, solemos comportarnos como si así fuera.
Hay una semejanza y es que, por alguna extraña razón, la mayoría de la gente lo recibe y se siente obligada a gastarlo, y cuanto más pronto, mejor. En otros casos, es más grave pues, antes de tenerlo depositado en la cuenta bancaria, ya está gastado.
Por último, a pesar de que la cucarachita Mandinga ni siquiera consideró guardar una parte del dinero, al menos “se puso a pensar en qué emplearía el cinco que se había encontrado”.
Sobra decir que nos gusta gastar. Es merecido, es necesario, es rico. Comprar un buen champú, dos mudaditas (como decían las abuelas) o un teléfono nuevo. Pero, ¿tiene que ser necesariamente ese modelo de medio millón de colones? La buena noticia es que los malos hábitos se pueden corregir.
Jorge M. Sandoval León
San José
Caso atendido
En línea con nuestros valores y con total transparencia nos comunicamos por teléfono con el señor Rolando Procúpez ( La Nación, 10 de diciembre) y procedimos a la brevedad a investigar el caso expuesto en su nota. Agradecemos la oportunidad que nos brindó para entender su molestia y lo sucedido en su caso particular. Reciba nuestras disculpas. Le recordamos a nuestros clientes que tenemos disponible una instancia adicional en la oficina de Apoyo al Cliente, la cual pueden contactar en la línea de atención 800 HABLEMOS (800-4225-3667) o por correo electrónico en apoyoalcliente@credomatic.com.
Antonio García García
Credomatic
Contestación de Claro
Con respecto a la carta del Sr. Danny Alvarado Jiménez, publicada en La Nación , titulada “Descuento en factura”, queremos informar que nuestro Departamento de Servicio al Cliente se puso de inmediato en contacto con él, se le realizó el ajuste en su factura de pago con el descuento previo acordado, y se le solventó el inconveniente al cliente.
Carolina Sánchez
Vocera de Claro
Peligroso puente en La Unión
El puente del río Chiquito une a Dulce Nombre de La Unión conOchomogo, en Cartago. El puente, inicialmente, tenía dos arcos para impedir el paso de camiones pesados que pretendían evadir la estación de pesaje en Ochomogo.
En días pasados, alguien arrancó esos arcos y los camiones están burlando el cobro con este atajo. El MOPT y las municipalidades afectadas deberían intervenir ya porque ese frágil puente no va a resistir el tránsito de pesadas vagonetas y furgones.
Ana Fernández Morales
La Unión
Doña Ofelia y su mérito
La señora Ofelia Tailtelbaum, exdefensora de los habitantes, para mí tiene una calificación excelente por su gran labor en beneficio de todos los costarricenses y merece ampliamente una postulación para la reelección. Lamentablemente, pienso que no contará con los votos ni de su propio partido para un nuevo nombramiento en el siguiente periodo, por cuestiones partidistas. Parece que de nada valen su inteligencia y dedicación como funcionaria pública.
Albán Rugama
Barrio México