Daniel Zovatto y Rogelio Núñez *
En América Latina, 2010 es un año apasionante en términos electorales. No solo por el número de comicios (13 procesos electorales), sino porque varios de ellos tuvieron una significación especial: Chile puso fin a 20 años de Gobiernos de la Concertación; en Colombia se produjo el fin de la época de Álvaro Uribe y la de Lula da Silva en Brasil, y las legislativas de Venezuela mostraron un importante avance de la oposición frente al chavismo.
Estas citas electorales se inscriben dentro de la nueva ola de elecciones que dio inicio en la región en 2009 y que culminará en 2012. Durante este periodo, todos los países (salvo Paraguay, cuya elección presidencial se llevará a cabo en 2013) celebrarán elecciones presidenciales y legislativas.
Los comicios de 2010 deben verse en perspectiva, considerando lo ocurrido en 2009, año que se caracterizó por los siguientes factores:
1. Consolidación del llamado “giro a la izquierda” (reelecciones de Rafael Correa en Ecuador y de Evo Morales en Bolivia, o victorias de José Mujica en Uruguay, Mauricio Funes en El Salvador y de Hugo Chávez en el referéndum).
2. Avance de las alternativas de centroderecha y de centro (Ricardo Martinelli en Panamá y Porfirio Lobo en Honduras), que continuó en 2010 con los triunfos de Sebastián Piñera en Chile, de Juan Manuel Santos en Colombia y de Laura Chinchilla en Costa Rica. Generalizar en la región solo conduce a equívocos; sin embargo, Dilma Rousseff, heredera de Lula da Silva y candidata del izquierdista PT, se impuso en la segunda vuelta de las elecciones brasileñas.
Si bien en 2010 no hubo reeleccionismo, como se observó en 2009, sí existió continuismo. Los candidatos oficialistas (Juan Manuel Santos en Colombia, Laura Chinchilla en Costa Rica y Dilma Rousseff en Brasil) apoyados por los presidentes en ejercicio (Álvaro Uribe en Colombia, Óscar Arias en Costa Rica y Luíz Inácio Lula da Silva en Brasil) acabaron ganando las presidenciales. Chile fue el único país donde se dio la alternancia en el poder, pues la centroderecha encabezada por Sebastián Piñera volvió al Palacio de la Moneda después de 50 años, poniendo fin a 20 años de Gobiernos de la Concertación, coalición de centroizquierda.
En la mayoría de los casos, estos nuevos Gobiernos contarán con mayoría suficiente en los distintos legislativos (Hugo Chávez, Leonel Fernández y Juan Manuel Santos obtuvieron mayorías absolutas), si bien es cierto que Santos lidera una coalición de fuerzas muy heterogénea que controla casi 80% del Congreso y que Chávez no logró su objetivo de alcanzar los dos tercios de los escaños. En Chile, por el contrario, el Gobierno de Piñera no cuenta con mayoría suficiente y se ha visto obligado a pactar con la Concertación o con grupos minoritarios.
Lo mismo sucede con Laura Chinchilla en Costa Rica, que ha tenido que alcanzar acuerdos con el opositor Movimiento Libertario. Rousseff, en Brasil, tendrá una cómoda mayoría, ya que la coalición que la respalda aumentó su representación tanto en el Senado como en el Congreso. En la Cámara Alta le respaldaría 64% de los senadores y en el Congreso 78%. Además, contará con el apoyo de 16 de 27 gobernadores.
En 2010, la región pareció inclinarse hacia opciones más de centro: tanto de centroderecha (Piñera en Chile, Santos en Colombia, avance opositor en Venezuela), como de centro (Laura Chinchilla en Costa Rica o el PLD en República Dominicana) y centroizquierda (Dilma Rousseff en Brasil). Así, se detuvo la consolidación del giro a la izquierda de principios de 2009 con las victorias de la centroizquierda (Funes en El Salvador o Mujica en Uruguay), y de la izquierda (reelecciones de Rafael Correa y Evo Morales). Todo indica que el comportamiento del electorado fue pragmático y moderado: eludió opciones radicales y optó por la continuidad que garantizaba estabilidad y progreso económico.
Los comicios de 2010 se llevaron a cabo en un mejor contexto económico, lo cual favorece a las propuestas pragmáticas y moderadas, más ubicadas en el centro. Si en 2009 la región experimentó un caída del PIB de 3,7%, en 2010 está previsto que crezca en torno a 5% y en 2011 entre 4 y 5%, según los informes de la CEPAL y el FMI. La inseguridad se ha consolidado como tema central de las elecciones en América Latina. En todos los comicios el tema de la inseguridad marcó las campañas electorales no solo en países con altos índices de violencia, como Colombia o Venezuela, sino también en Chile y Costa Rica, cuyos índices de inseguridad son los más bajos de la región.
Por último, parecería que en algunos países latinoamericanos se perfila un nuevo fenómeno político (encarnado en Chile por Marco Enríquez-Ominami, en Colombia por Antanas Mockus y en Brasil por Marina Silva) que persigue la renovación del sistema político y rechaza las maquinarias partidistas que tal vez no sepan captar a los nuevos sectores de votantes. Estos nuevos liderazgos se relacionan con un voto de claro corte “juvenil”, urbano, sin adscripción ideológica clara, que se vincula con las nuevas tecnologías y de formación universitaria.
* Daniel Zovatto, Director Regional para America Latina y el Caribe de
* Rogelio Núñez, Periodista, Doctor en Historia de América Latina Contemporánea y Profesor de la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Actualmente trabaja en la realización de una biografía sobre el diputado socialista argentino Ángel Giménez (1878-1941).