Nouriel Roubini se hizo famoso por advertir, antes de tiempo, que la economía mundial estaba camino a una gran recesión. Pues esta semana sale de nuevo, con un artículo en este periódico , advirtiendo sobre la posibilidad de una doble caída en la economía mundial. Esto es, luego de una recuperación más rápida de lo esperado, se da la gran posibilidad de que la economía vuelva a caer en recesión. Lo que han llamado la “W”. El profesor de la Universidad de New York dice que, en el mejor de los casos, se podría dar una recuperación muy lenta, en forma de “U” alargada. Pero, además, en algunos países, como los europeos y Japón, la época de vacas flacas se puede alargar lo suficiente como para llegar a una depresión en forma de “L”. Con razón Roubini se ganó el apodo de “Doctor Catástrofe”, por sus predicciones pesimistas.
¿Porque se da esto? El razonamiento del Dr. Roubini se basa en que la principal causa de la crisis fue el exceso de deuda privada, tanto de las familias, como de bancos y empresas. El apalancamiento privado sostenía un crecimiento elevado de la demanda, que hacia que la producción mundial creciera a tasas muy altas. Cuando esta burbuja estalló, por insostenible, empezó un proceso de ajuste de la demanda hacia la nueva realidad. Esto es, todo el sector privado se vio obligado a bajar su nivel de gasto, acorde con un nivel sostenible de deuda, que, obviamente, tenía que ser menor que el de antes de la crisis.
Pero luego vino la gran intervención de los Gobiernos, con fuertes paquetes de ayuda fiscal y monetaria. Incentivos para que las familias y las empresas siguieran gastando, asistencia para que los bancos no quebraran y siguieran prestando. En consecuencia, los Gobiernos ahora están altamente endeudados. Lo que se hizo fue trasladar la deuda del sector privado al público. Antes la deuda la pagaban los que disfrutaban de las ganancias, ahora la pagan otros. De nuevo, “se privatizaron las ganancias y se socializaron las pérdidas”. Pero, el problema estructural que generó la crisis –sobreendeudamiento– no se ha solucionado.
En Costa Rica, sin llegar a ser tan pesimista como el Dr. Roubini, vale la pena hacer una advertencia similar. Las cifras fiscales del primer semestre nos ponen en alerta. Los gastos del Gobierno crecieron 26%, mientras que los ingresos apenas lo hicieron en 14%. El déficit de estos primeros seis meses superó los 400.000 millones de colones. Se estima un déficit de 4,5% del PIB para fin de año. Por las proyecciones que se dan para el crecimiento mundial, y, por ende, para nuestra economía, no parece probable que los ingresos tributarios aumenten significativamente en el futuro cercano. Bajar el gasto publico, sabemos que es imposible. ¿Que queda? Volver a endeudarnos, y que nuestros hijos y nietos sea los que paguen la buena vida que queremos llevar ahora.