Llenar un nuevo formulario en la Universidad de Costa Rica podría costar ¢84 millones anuales. Esto es, en parte, lo que en su artículo “¢5.615 no son nada” denuncia hoy el historiador Iván Molina. Digo en parte porque el texto profundiza en un problema mayor al cual se enfrentan los profesores que presentan sus investigaciones a la Comisión de Régimen Académico de la Universidad de Costa Rica.
"La Comisión tiende a incurrir en decisiones abusivas y arbitrarias", escribe Iván en este artículo.
¿De dónde sale esa cifra? Pues resulta que la Comisión creó un formulario en el que cada docente debe justificar la originalidad, la trascendencia, la complejidad y la relevancia de cada publicación que presente. El formulario es optativo, pero aun así no faltará quien considere importante llenarlo.
El costo promedio de la hora laboral de un profesor de la UCR asciende a unos ¢11.230. Si cada docente tardara unos treinta minutos en llenar la fórmula, el costo sería ¢5.615.
La Comisión califica al año alrededor de unas 1.500 publicaciones. Si todos los autores de esos textos se decidieran a presentar el formulario, eso supondría un gasto mínimo anual de unos ¢84 millones en horas laborales. Otro despilfarro que parece no importarle a nadie. Lea el texto completo. Es una denuncia, especialmente, sobre la arbitraria forma de actual de dicha Comisión a la hora de calificar los textos de sus profesores.
En el editorial, abogamos por controlar el crecimiento de la deuda pública. "Es inadmisible, en principio, incurrir en endeudamiento para financiar gasto corriente del Gobierno". Recomendamos, como primera medida, una reforma, estructural y patriótica, de importantes partidas de gasto como los salarios, pluses, pensiones y transferencias.
En estos días, el gobierno anuncio que explora la opción de endeudarse en el exterior para hacer frente a sus gastos, pese a advertencias como la de Álvaro Santos, director del Departamento de Economía de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), quien explicó que Costa Rica es percibida por los inversionistas como un país donde el riesgo es uno de los más grandes de América Latina. "El grado de endeudamiento del país es casi tres veces el volumen de ingresos anuales del Gobierno; ese es el más alto que existe en América Latina, después de El Salvador", comentó Santos.
Es hora de socarse la faja, no de buscar endeudarse, pues la consecuencias están a la vuelta de la esquina.
El economista Bill Emmott, exjefe de redacción de "The Economist", escribe hoy sobre lo que él considera el mejor momento en los últimos cuarenta años para crear un nuevo partido en el Reino Unido.
¿Dónde será el próximo terremoto político?, pregunta el experimentado comunicador, y a continuación analiza el ambiente británico que abriría la posibilidad a una repetición de los sucedido en Francia, con Emmanuel Macron, e incluso en Estados Unidos, con Donald Trump. El ascenso al poder de ambas figuras se dio en el marco de carreras meteóricas que culminaron con la presidencia en sus respectivos países. No deje de leer este texto, pues Emmott ve en la actualidad "una oportunidad clara para gente nueva".
Si usted es o fue un estudiante financiado por Conape, le interesará el artículo de German Guerra Vargas, quien estudió gracias a un préstamo de esta institución. German defiende un punto: ninguna institución bancaria va a tener como norte la educación, como sí lo ha tenido Conape. Por ello, él rechaza toda posibilidad de que un banco de fomento (que será Bancrédito según el proyecto del gobierno) absorba Conape.
La edición la completa un texto del embajador de Francia, Thierry Vankerk-Hoven, quien hace un recorrido por lo que ha sido la amistad entre Costa Rica y su país, partiendo de los valores implícitos en el "pura vida" de los costarricenses, y las Cartas a la Columna, donde los ciudadanos comentan la realidad nacional o denuncian hechos en busca de una respuesta.
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