La historiadora Antonia Fraser dice que los casos de decapitación de mujeres confirman que, en cuanto una asoma la cabeza, enseguida se la quieren cortar.
La biografía que escribió sobre la reina celta Boadicia, quien tuvo ese trágico final, le permitió elaborar esta teoría: en la historia, la mujer normalmente tiene actitud pasiva, pero, si se ve acorralada, se pone al frente de movimientos que apoyen sus ideas y es más implacable que los hombres. Por ejemplo, las amazonas (mujeres de las razas guerreras que según los antiguos existieron en los tiempos heroicos) se amputaban un pecho para acomodar mejor el arco y tener igual destreza que los hombres para pelear.
Prueba de capacidad. Hoy, el desempeño del poder de dirigentes políticas fieras, como Golda Meir, Indira Ghandi y Margaret Thatcher, por fortuna está superado. Las mujeres en puestos de mando ya no necesitan ejercer con excesivo rigor para demostrar su capacidad para ocupar puestos de decisión.
Las mujeres como Boadicia ya no tienen que imitar patrones masculinos para mandar. Las hay maternales como Michelle Bachelet, sofisticadas como Nancy Pelosi, Hillary Clinton y Ségonèle Royal, con un cúmulo de cualidades propicias para desempeñarse a niveles determinantes de gobierno.
Sin que se conozca aún su programa de gobierno, la candidata a la presidencia de Francia es elegante como Audrey Hepburn, abnegada como ama de casa (tiene cuatro hijos) y muy peligrosa en el frente sexista.
Por ello, el sociólogo francés Alain Touraine explica este fenómeno diciendo que la idea de votar por una mujer simboliza el deseo de superar el estereotipo de política masculina con un tanto de agresividad excesiva.
En Costa Rica, Emma Gamboa, Jacoba González Porras, Clotilde Mayorga Mayorga, Carmen Naranjo, Elizabeth Odio, Ana Gabriela Ross, etc. son solo algunas que, desde sus diferentes trincheras, han militado en ámbitos de decisión.
Mayor participación. Con la incorporación de las mujeres en la cosa pública, ¿cabrá ya la posibilidad de pensar en una mayor participación de la costarricense en cargos de decisión superior?
El poder no conoce sexos, pero compartimos el deseo de muchas y muchos en que, este 2007, contemos con el concurso de costarricenses decididas y capaces, aunque sean sofisticadas de manicura francesa.
¡Instémoslas, entonces, a sacar la cabeza!