En este momento estoy viendo la serie Mindhunter, estrenada el 13 de octubre en Netflix. Apenas voy por la mitad de la temporada, pero me atrapó desde el inicio.
La serie nos sitúa en 1970, donde agentes del FBI se reúnen con asesinos y violadores encarcelados para desarrollar perfiles psicológicos de criminales.
La veo porque siempre me ha gustado el tema de resolver crímenes, pero más que la logística de esto, la serie se adentra en la mente de esos asesinos y la psicología que los envuelve; y eso me llama la atención.
No se trata de escenas de acción o imágenes muy gráficas sobre los crímenes, sino que todo el peso está en los diálogos, algo que diferencia esta serie, de otras del mismo género.
Además, el director de la serie es David Fincher (La chica del dragón tatuado, Zodiac) y eso es muy buen referente por las películas que ha producido: y por eso fue que le di toda mi confianza y me lancé a verla.
También estoy viendo Arrested Development, por Netflix.
Es súper vieja pero no sé porque nunca le di una oportunidad, hasta ahora.
Me llamó la atención porque es un humor diferente a la mayoría de comedias que recaen en chistes “muy seguros” y de mis cosas preferidas es que no es un personaje o dos los que le dan la fuerza a la serie, sino que es todo el elenco, que eso es lo que andaba buscando.
Cada temporada es mejor que la anterior y, por eso, estoy en una maratón para ponerme al día y prepararme para la nueva que se va a lanzar el otro año.
Arrested Development está centrada en los personajes de una familia disfuncional que ha perdido su riqueza económica. Está protagonizada por Jason Bateman, Michael Cera, Jeffrey Tambor, Jessica Walter, Will Arnett y Portia de Rossi.