The Birds se inspiraron en el Eclesiastés para entregar uno de los himnos de los años 60: Turn, Turn, Turn! La canción , básicamente, enseña que todo tiene su momento y lugar.
Tener un buen timing es tan importante como ser puntual (la desgracia de los puntuales en Costa Rica es que nunca hay nadie para que lo aprecie). No siempre alcanza con llegar a tiempo, porque ya lo enseñaba El Rey , de José Alfredo Jiménez: hay que saber llegar.
Jake (interpretado por Ken Marino ) lo aprendió “a la brava”; Annie (rol de Casey Wilson ), también entenderá , por las malas, que las cosas no salen con fórceps...
Después de dos semanas de románticas vacaciones en el Caribe, Annie se quedó esperando la gran pregunta por parte de Jake: “¿Te casas conmigo?
El marco paradisiaco en esos días, su amor conjunto por los nachos y los seis años de años de andar juntos, le hacían esperar la propuesta...; pero nada de nada, porque Jake hizo mutis.
De regreso a casa, la mujer creyó que el hombre “se hizo el maje” con el asunto, asumió que no tenía la mínima intención de cambiar el status quo de la relación y – drama queen al final de cuentas– “disparó” verbalmente conta el noviazgo, los amigos de Jake y se llevó en banda a la suegra.
Sin embargo, como estaba de espaldas mientras despotricaba, no cayó en la cuenta de que Jake estaba de rodillas con anillo de compromiso en ristre.
Pero cuando todo está mal, siempre puede empeorar: no solo el bueno de su novio estaba dispuesto a hacer la madre de todas las preguntas; además, todos a quienes Annie mandó al carajo estaban escondidos, pues Jake deseaban que fueran parte de su “perfecta” petición de casamiento...
Y acá comienza realmente la comedia de enredos que se decanta porque a Annie al parecer nadie le explicó que, a veces estar “calladita es más bonita” y cuando trata de “sacar la pata” –haciendo ella la pregunta– lo que logra es que... ¡despidan a su “prometido”! (Entre comillas porque después de tanta cosa ninguno de los dos sabe donde diantres están parados).
Jake trata de encontrarle el lado amable a tanto enredo y decide que, a pesar de los pesares, sí desea casarse con Annie; pero...
El asunto es que él no desea pasar los siguientes 60 años contando la loca petición de mano; así, que le propone a ella que esperen el momento adecuado para que sea inolvidable.
Así arranca la comedia romántica Marry Me ( Casate conmigo ).
Aunque se sabe que estos dos deben o están predestinados a estar juntos, el cómo le hacen a fin de encontrar ese momento adecuado para soltar la tremenda pregunta y hallar las “señales” que encuentran (un ejercicio que hace toda pareja) para saber que están con la persona adecuada, son el hilo conductor de esta nueva serie.
Sin embargo, como suele suceder, cuando se trata de que todo salga bien, sucede que siempre algo sale mal. “El diablo es puerco”, sentenciaría el papá de Betty, la fea.
El llegar juntos al altar está en la agenda de los dos, eso no se discute; sin embargo, el camino que los llevará hasta ahí está repleto de huecos, como si fuese una calle tica.
“La premisa de Marry Me puede ser simple, pero el talento de Casey Wilson y Ken Marino –además del reparto– le pasa a anteriores comedias románticas”, se lee en el sitio especializado en críticas Rotten Tomatoes.
Inspirada vagamente en el matrimonio del productor ejecutivo de la serie, David Caspe, con la protagonista Casey Wilson, Marry Me es un intento más de llevar la comedia romántica –un género celebrado en el cine– a la televisión.