La búsqueda del peso perfecto se ha vuelto una especie de utopía para buena parte de la población mundial y, en muchísimos casos, la cuestión de estética o belleza queda totalmente de lado y lo que prima es la búsqueda de la salud.
Es por lo anterior que la clínica especializada en alimentación del Dr. Christian Jessen abre sus puertas una vez más en la nueva temporada de El peso perfecto , en Discovery Home&Health, que presenta algunos de los intercambios de dietas más sorprendentes de la serie.
En el primer episodio de esta cuarta temporada, se presentan los casos de dos personas con una relación extrema y disfuncional respecto de la ingesta de alimentos: una es asombrosamente obesa, mientras que la otra está al borde de la anorexia.
Entonces, ponen en práctica el régimen de dieta de la otra en un intento por ver qué están haciendo mal y cambiar así radicalmente su calidad, en un experimento supervisado por los especialistas de la clínica, claro está.
El espacio también explora la vida de tres mujeres que sufren trastornos de la alimentación muy diferentes: Emma Paul, que es anoréxica; Mina Krishna, que es bulímica y consume la impactante cifra de 30 mil calorías por día; y Erin Ruddick, de 19 años, que padece combinación de ambos trastornos.
A lo largo de la serie, estas tres mujeres luchan contra sus propios trastornos al tiempo que emprenden un curso destinado a ayudarlas a adoptar una actitud más saludable respecto de su cuerpo y sus hábitos alimenticios, bajo la supervisión de la nutricionista especializada en trastornos de la alimentación Ursula Philpot, y la psiquiatra Helena Fox.
Otros casos
Los episodios recorren las historias más disímiles entre sí, pero finalmente, igual de dramáticas. Hay un caso que empieza con lágrimas y rabietas. La joven de 21 años Louise Hayes se intercambia con Josh Evan, cuya dieta apenas cuenta con una única comida adecuada al día.
Louise está aterrorizada porque su hijo de cinco años está adquiriendo sus hábitos y de continuar así se convertirá en un niño obeso al igual que ella.
La joven recibe un mensaje personal de Karen Ferguson, una texana de 41 años que se vio obligada a mudarse a una residencia de cuidados debido a su exceso de peso. Además, Louise viaja a los Estados Unidos para ser testigo de los horrores de ser una mujer súper obesa.
Espejo inclemente
En la clínica de alimentación, la obesa Amy Green se sube a la báscula para ser comparada con la extremadamente delgada Ami Walsh.
A sus 21 años, Amy consume los alimentos necesarios para tres mujeres y está aterrorizada por el hecho de inculcar sus hábitos alimenticios a su hija.
Por otro lado, Ami es una chica de 18 años que siempre está demasiado ocupada para comer y como resultado de ello su pobre dieta la ha despojado de la energía necesaria y de la confianza en sí misma. Ambas mujeres están desesperadas por cambiar sus hábitos de alimentación y viven en la clínica una semana muy emotiva.
Al final del episodio, la dietista Ursula Philpot insta al grupo de la clínica a que enfrenten sus miedos a los alimentos en el propio supermercado.
De terror
La adicta a la carne Dawn Grant tiene 47 años y consume anualmente 208 pollos enteros, 1.716 tiras de tocino, 3.800 salchichas, 36.000 rodajas de embutidos y 36 kilos de carne de vacuno picada.
Por otro lado, el bajo peso de Charlene Sequiera afecta terriblemente su vida. Su dieta es tan restrictiva que carece de energía y su cuerpo debe descansar constantemente. Charlene necesita comer más pero siempre busca una excusa detrás de otra para no hacerlo. El doctor Christian la advierte en este episodio.
Además, la dietista Ursula Philpot desafía al grupo de mujeres con desórdenes alimenticios al crear moldes en 3D de sus torsos, con la intención de que descubran lo que sus peligrosos hábitos provocan en sus cuerpos.
Y aunque crea que su capacidad de asombro ya no da más, espere a ver el resto de casos extremos que se tratan en esta sesuda y, a la vez, alarmante serie.