José Yiyo Alfaro apareció en la pista del Estudio Marco Picado ataviado con la elegancia del blanco y el negro; un traje formal fue el indicado para la ocasión: junto a Lucía Jiménez bailó el tema de la A Thousand Years de la película Crepúsculo (Twilight).
"Este no es como el vals que se baila en un quinceaños", dijo en camerino minutos antes de su presentación. Y tenía razón, su presentación estuvo acompañada de la ténica del ballroom y varias alzadas.
Esta es la primera vez que el conocido presentador de Qué buena tarde baila, después de 25 años; con el humor que lo caracteriza contó que su presentación anterior fue en el kínder a ritmo de la canción Qué vengan los bomberos.
Antes de su baile lo acompañaron los nervios de cuando se asume un reto en un área nunca antes explorada; sin embargo, se sentía seguro por el esfuerzo que hizo durante la semana de ensayos.
"Practiqué con Lucía cuatro días y no debería de decirlo, pero cuando ella se iba, yo seguía practicando; soy muy intenso. Los otros tres días de la semana ensayé solo", admitió. Alfaro agregó que al inicio pensó que no iba a lograr ni el 100% de la coreografía que debía hacer; no obstante, logró sacar la tarea.
Al finalizar su coreografía en la gala Especial de animados, Yiyo manifestó que haber aceptado el reto fue una de las mejores "ideas", e incluso se atrevió a decir que no dudaría en participar en una quinta temporada de Dancing with the Stars.
Apoyo. Entre el público presente del Estudio Marco Picado estaban cuatro de las personas más importantes en la vida de Yiyo Alfaro: su mamá, Ana Lía González; su novia, María José Ulate, y sus amigos y compañeros de programa Keyla Sánchez y Bernardo Choché Romano.
"Estoy emocionada porque sé que cuando Yiyo se propone algo, lo hace. Lo vi ensayar mucho y sé que dio su 100%. Donde está él, estaré yo. Lo veo muy contento; al principio estaba un poco quitado, pero luego de los ensayos estuvo muy contento", dijo su mamá.
Por su parte, su novia expresó que era divertido verlo en esta faceta, pues el humorista siempre ha sido "muy quitado para el baile".