Después del macabro 11 de setiembre y el desplome de las Torres Gemelas a los talibanes había que darles palo. Para Estados Unidos y su ejército no había duda, había que cruzar fronteras y aniquilarlos en nombre de la justicia y la seguridad mundial.
De la iracunda y poco razonada reacción –que llevó a las tropas ‘gringas’ a invadir Afganistán en búsqueda de “los asesinos”–, trata la sátira War Machine (2017), estreno fílmico de Netflix que cuestiona y se burla sin disimulo de la afamada operación militar.
El respetado cineasta David Michôd ( Animal Kingdom ), apoyado por un elenco liderado por Brad Pitt, Tilda Swinton y Ben Kingsley, lleva al servicio streaming una película salida de todo molde y forma en la cartelera actual. Es la historia misma vista desde el prisma del sinsentido, enterrando en dos horas de metraje el falso patriotismo.
“En la cinta tocamos una mezcla de guerra y comedia, dos cosas que coexistían muy cómodamente pero que en la actualidad no lo hacen con facilidad”, adelantó Michôd a la Asociation Press (AP).
Tal como lo pinta Michôd y lo confirma AP, por el contexto político e histórico en que vivimos ya casi no vemos cintas como Catch 22 (1970) y M-A-S-H (1970), y más o menos War Machine se mueve en esa misma línea.
Son parodia y realidad hermanadas en una misma película. Diferenciarlas o simplemente dejarse seducir por la exquisita mezcla es la tarea que usted tendrá en el sofá.
Basada en libro The Operators: The Wild and Terrifying Inside Story of America's War in Afghanistan (2012), del periodista Michael Hastings, la película relata la historia del general Glen McMahon, nombre ficticio al que se acudió por no contar con los derechos del protagonista real, el general Stanley A. McChrystal.
McChrystal, reconocido y polémico militar estuvo al mando de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) en Afganistán. Los hechos relatados en el libro dan cuenta de que el general McChrystal (McMahon en el filme) llegó a Afganistán con toda la confianza de sus superiores, muy seguro de sí mismo y con el sentimiento de una nación sobre sus hombros: los talibanes tenían que pagar.
Pero las cosas no salieron según lo planeado. Cuando McChrystal llega al conflictuado país su desfavorable opinión sobre el presidente de Estados Unidos y algunas de sus directrices al mando de la misión, crean gran controversia en el campo de batalla y también en el Pentágono.
Además, por su gestión y dirección de la guerra en el país asiático, McChrystal lanzó fuertes críticas contra el vicepresidente Joe Biden, el general James Jones, el embajador en Kabul, Karl Eikenberry y el enviado a la zona, Richard Holbrooke.
Todo lo anterior le costó el puesto a McChrystal, quien llegó a Afganistán subido en una nube de gloria y salió renqueando por la puerta de atrás.
“Sentí lástima por él. Él es un producto de nosotros, él es nosotros”, expresó Pitt sobre McChrystal, a quien tuvo la oportunidad de conocer personalmente.
Sin medias tintas, Hastings revela todo lo que ocurrió con McChrystal en escandalosos artículos publicados en Rolling Stone . El reportero estuvo junto al general y sus tropas durante el mes de abril de 2010 y pudo conocer de primera mano la convulsionada realidad.
En dos platos, la agencia AP dice que War Machine “describe a un ejército estadounidense controlado por la política, las ilusiones vanas y las aspiraciones personales”. Esa síntesis de factores lleva al descalabro de las operaciones y, en el peor de los casos, a muertes que pudieron evitarse.
En ese sentido, Michôd explica que “la película se llama War Machine , entendiendo que esa máquina está compuesta por individuos que ponen en la mesa sus propias fortalezas y ambiciones”, reflexionó Michôd sobre los personajes que esculpe en la película y el sistema de guerra que los envuelve.
“Las personalidades pueden tener un efecto dominó increíblemente poderoso y muchas veces dañino en el mundo”, agregó el cineasta a AP.
Detalles. War Machine tuvo un costo de producción de $60 millones. Netflix, por entero, financió esta película de la que se espera mucho en materia de calidad, reflexión política y acogida del público. Todo lo pretende conseguir a través de la risa, sin duda uno de los mejores métodos para lograrlo.
Sobre los personajes que encarnan Tilda Swinton y Ben Kingsley en la película se sabe poco. La ganadora del Óscar, gracias a su trabajo en el filme Michael Clayton (2008), encarna en la cinta a una política de origen alemán. Ella, en un papel de supervisora, entrabará el trabajo del general McMahon .
Por su parte Kingsley, tal como lo mostró el tráiler oficial de la cinta, da vida al expresidente de Afganistán Hamid Karzai. El mandatario tendrá que negociar cosas serias con el general McMahon, pero el problema es que no parece creer mucho en sus honorables propuestas .
“Mi equipo y yo tomaremos un nuevo rumbo”, promete McMahon a Karzai en el tráiler del filme.
“¿Y cuál es ese rumbo?”, pregunta el mandatario.
“Hacer de Afganistán una nación libre y próspera”, contesta el general.
La respuesta presidencial es primero un momento de silencio y luego una frase lapidaria: “Pues se parece mucho al rumbo anterior”.
War Machine tiene una duración de 120 minutos y estará disponible en en Netflix a partir del viernes 26 de mayo.
Véalo. Viernes 26. Netflix