Saben que participarán en una competencia por enamorar al que podría ser el hombre de su vida, pero casi se desmayan al sospechar que el galán en cuestión es el príncipe Enrique de Gales, cuarto en la línea de sucesión al trono británico.
Tan guapas como ingenuas, así son las doce estadounidenses que participan en el reality show I Wanna Marry Harry ( Me quiero casar con Enrique ) una justa en la que las chicas son llevadas hasta Inglaterra para conocer a un apuesto hombre que vive en un castillo lleno de lujos y comodidades.
Al estilo moderno, el supuesto monarca hace su aparición triunfal en un helicóptero. Abajo lo esperan guardaespaldas y una comitiva de sirvientes prestos a atenderlo.
Las chicas lo ven de lejos y comienza la conmoción. A ninguna se lo han confirmado, pero ya todas juran que es el hijo de la Princesa Diana.
Lo que no saben las muchachas es que se trata de Matthew Hicks, un chico que trabaja limpiando derrames de petróleo, sin ninguna cercanía a la familia real, más que su similitud con el menor de los hijos de Diana.
Para que dé la talla como monarca este obrero es capacitado por Paul Leonard, un experimentado mayordomo que lo asesorará en temas de protocolo y todo lo necesario para ser como el príncipe Harry.
“Es soltero, pobre, pero tiene un buen corazón”, así lo describen en el primer capítulo del show.
“Ansío encontrar una conexión con una chica. Y quién sabe tal vez encuentre a la indicada. Estoy aquí buscando una relación , si al final de todo esto la chica acepta todo lo que está pasando y finalmente acepta quien realmente soy habrá valido completamente la pena”, dice el muchacho en ese episodio.
El show se estrenó en mayo del año anterior en los Estados Unidos.
En ocho sus capítulos este programa muestra a las pretendientes en diferentes situaciones como citas y bailes.
Al final ellas escucharán toda la verdad. ¿Se quedará la ganadora con este falso príncipe?