Conforme se acerca el 9 de noviembre, fecha en la que finalmente se sabrá qué pareja se queda con el cetro de ‘Dancing with the Stars’, por fin tenemos algunos apuntes sobre lo que este vistoso ‘show’ ha significado en la cartelera de producciones nacionales en este 2014.
Y es que aunque se trate de una franquicia homóloga y realizada en decenas de países, en el país la encargada de todos los aspectos de la producción es Televisora de Costa Rica, quien una vez más se echó al hombro un costal de compromisos, retos y hasta críticas, con tal de seguir marcando senda como el canal más tradicional del país.
Si bien la familia Picado podría ahorrarse muchos dolores de cabeza y dedicarse a importar enlatados, está en su ADN tratar de seguir innovando y, con todos los peros conocidos en un país que no cuenta con una industria gigantesca de entretenimiento, ha ido saliendo avante. Dancing with the Stars no ha sido la excepción.
Más allá de los números del rating, mayoritariamente favorecedores desde su arranque, el último domingo de agosto, hay que ver lo que es intentar ir a una de las galas del show.
Superada toda la logística y ya con entradas en manos, llama la atención y casi hasta conmueve –nos remitió a los años 70 u 80, cuando ir a un programa en vivo era un verdadero lujo en el país– lo que ocurrió hará un par de domingos, cuando estos topos y varias topillas asistimos al evento. Y es que lo primero que nos llamó la atención es el vestuario de los invitados ¡todo el mundo asiste con sus mejores galas!
El ambiente es muy formal, aunque ya entrada la competencia aquello se vuelve frenético y el tiempo se va volando.
Lo más divertido (¿o criollo?) es observar lo que ocurre una vez finalizada la transmisión. A pesar de que las estrellas y sus coreógrafos usualmente terminan liquidados, tras muchas horas de ensayos durante toda la semana y la exhibición final, unos y otros acceden de buena gana a quedarse una, dos y hasta más horas mientras los asistentes hacen filas para tomarse fotos con ellos.
Entretanto, la producción, dirigida personalmente por Paula Picado, directora de Teletica Formatos, asume una misión facilitadora con tal de que el público regrese a su casa feliz y satisfecho, no solo con lo que vio, si no por haber logrado departir y tomarse fotos con aquellos ‘famositicos’ que, domingo a domingo, ven partirse el alma en la pista de baile del estudio Marco Picado.
Ojalá Canal 7 y las demás señales locales no cejen en el intento de involucrarse en proyectos de esta envergadura. Sí, es mucho riesgo. Sí, es mucho trabajo. Pero, a la hora de la hora y a pesar de los haters en redes sociales, es un hecho que buena parte de la sociedad costarricense lo valora y lo agradece.
Siempre en el mismo tema, pero en otro canal –y aunque Combate no sea exactamente de nuestra predilección, aunque es un hecho absoluto que tiene una gran legión de fans– nos pareció un hit el cambio de conductor, pues Kiko Robles siempre se nos hizo pesado –ignoramos si ese era el papel que le correspondía como parte del guion–, el caso es que el rolcito se le daba muy bien.
En cambio, Italo Marenco es sangre nueva, un estilo depurado, no creemos que llegue nunca a parecer patán por mucho que lo intente y, en fin, todo trabajo es digno. Si sigue como lo hemos visto en el arranque, no es nada raro que estemos viendo una nueva estrella de la conducción en la tevé nacional. Sí, arrancó en Combate ¿y qué? ¿De dónde vienen Nancy Dobles y Viviana Calderón, por citar solo un par de casos?
En cuanto a presentadoras, solo que en espacios matutinos, supimos de una muy bella pero muy bella, que ha tenido un 2014 bastante socolloneado, con divorcio incluido y todo, y al parecer lo va a terminar por todo lo alto, pues anda de manita sudada con un galán que la tiene a puras maripositas en el estómago. ¿Adivina adivinador?
Glenda, sí, Glenda Umaña fue la última gran baja en esta revoluta de cambios que han sacudido no solo a la tevé criolla, si no que las réplicas llegaron hasta medios internacionales.
Más allá de la nostalgia que, como ticos, podamos sentir al perder a una de las nuestras como figura en una de las cadenas más importantes del mundo, lo cierto es que es justo y necesario que, en sus lozanos 50 años, Glenda pueda descansar y reinventarse, pues es sabido que le sobra con qué.
Nota al margen, y muy graciosa, fue la que le puso la mamá de la comunicadora, doña Virginia Hidalgo, a la noticia del despido de su hija, en declaraciones a La Teja. “Ellos son los que pierden. Mejor, así ella no va andar pensando en que tiene que irse para el trabajo. La verdad ellos son los que pierden porque la familia Hidalgo es muy grande y veíamos CNN por ver a la tía, la hermana, la sobrina”, dijo la señora en son de broma. Desde esta columna, vayan nuestros respetos, cariños y mejores deseos para tan respetada periodista.
De manteles largos está uno de los programas más consolidados de la televisión nacional, dirigido por el periodista, Allan Trigueros, de Canal 13. Nos referimos al cuarto aniversario del programa Esta Semana , que en el 2010, sorprendió en la pantalla con un lenguaje visual distinto, lleno de entrevistas que han debatido a nivel nacional e internacional temas de la más alta gama, sin una carga de protagonismo excesivo de su presentador.
Por distinto, este estilo consolidó a Trigueros entre los mejores en este género. Ismael Cala, Claudia Palacios, Harris Witbeck de CNN, Franklin Chang, Jorge Jiménez Deredia, Javier Rojas, José Luis Ortiz (ya fallecido), Ignacio Santos, Salvador Gómez, Chris Gadner, Los Ajenos y Coco y su pandilla, conforman solo parte del grupo de 400 entrevistas que se han realizado.
Felicidades y éxitos para este gran periodista y su espacio de alto nivel, tan necesario en nuestros tiempos.
¿De cómo Ronny conoció a Sally? Hablamos del connotado periodista de investigación, Ronny Rojas, quien se encontraba el domingo pasado en la mañana en Chelsea (N.Y.), junto a su esposa y su hija.
Cuenta Rojas, experiodista de Grupo Nación y quien ahora labora para una ONG internacional, que la oscarizada Sally Field estaba filmando en el edificio de al lado una comedia que se llama “Hello, My Name Is Doris”.
De acuerdo con Ronny y lo que compartió con algunos de sus contactos en Facebook, él iba pasando y ella estaba de pie en la acera, como si nada, y accedió sin problema a tomarse la foto. Eso sí, Rojas tuvo primero que vencer su timidez, pues ya se sabe que el tarrazuceño es de pocas palabras. Bueno, al menos eso contó él, pero a juzgar por la foto, pareciera que Ronny y Sally son pinche y minche, ve vos.