El actor Sergio Paniagua crea una especie de adicción a él cuando está sobre el escenario. Con varios lustros en el arte de actuar, la última obra que le reímos a carcajadas fue El sorompo que se ligó a la muerte , en el Teatro del Angel de Tibás (que administra y que sigue abierto, valga la cuñita). Pues resulta que así como se bailó a la muerte en aquella parodia del maravilloso cuento Uvieta (Carmen Lyra), de un momento a otro, Paniagua se vio enfrentado a batallar con un tumor cerebral que le dio un volconazo a su día a día y a sus planes (como dice aquel adagio, si quieres hacer reír a Dios, cuéntale de tus planes).
Tras meses de sufrir intensos dolores de cabeza, Paniagua se realizó diversas pruebas hasta que, a mediados de octubre, le descubrieron un tumor de 8 centímetros llamado meningioma, que generalmente es benigno y asintomático.
El caso es que, a pesar de lo delicado del diagnóstico, desde un principio Sergio se dedicó, desde el hospital México –donde está internado a la espera de diferentes exámenes y diagnósticos–, a transmitir en vivo por Facebook a través del sitio @Yo oro por Sergio (lo encuentra en el sitio de Facebook del Teatro del Angel) ofreciendo mensajes de esperanza para sí mismo y para sus compañeros de hospitalización, donde desde el primer día se ha dedicado a compartir optimismo y, hay que decirlo, mucha alegría y risas. Si bien él es un actor todoterreno, en este trance, ha sacado lo mejor de su humor con el fin de sobrellevar esta carga que le sobrevino, como a casi todo el mundo, sin esperársela ni por asomo.
Lo más bonito es que gracias a las redes sociales, Sergio Paniagua ha traspasado las paredes del hospital y son centenares de personas, enfermas y sanas, quienes lo siguen, lo apoyan y comparten experiencias y positivismo con él y quienes, a su vez, lo rodean en el hospital.
Apenas una semana antes de su diagnóstico, Sergio había empezado la grabación de la serie La Mandarina , que se transmitirá en el SINART, un proyecto que, por ahora, está en stand by. Sin embargo, lo anterior no parece haberle causado ni un ápice de amargura, por el contrario, como él mismo ha dicho “Yo ando como Patch Adams, por todos los salones; tengo muy claro que para enfrentar esto, la parte anímica y espiritual son muy importantes”. Hay que echar para el saco. Paniagua también ha contado que le ha hecho muy bien hacer un alto en el camino, y que las 24 horas diarias entre cuatro paredes también lo han hecho percatarse de que no todo en la vida es trabajo: recién cayó en cuenta de que tiene cuatro años sin ir a la playa. Estaremos pendientes de su salud y esperamos su pronta recuperación. Entretanto, gracias, Sergio, por su lección de vida en una coyuntura en la que muchos otros, seguro, nos echaríamos a morir. (Lea la actualización de este comentario al final de esta columna, en esta su versión digital)
En temas banales –que también hay que reseñar porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa– tenemos que decir que nos encantó el look de Montserrat del Castillo este martes, en De boca en boca.
Ella se veía refinada y hermosa con un conjunto nude , pelo lacio, maquillaje suave y sandalias a tono. La pancita pelada, eso sí, pero ella puede, dichosota.
En cambio, el miércoles en la mañana, casi nos da un soponcio cuando vimos a la tan divina Viviana Calderón en Buen día , luciendo unas plataformas de los años 70 que parecían haberle sido heredadas por su talentosa mamá, María Cecilia Márquez, quien fijo anduvo chiroteando con ese tipo de zapatones en aquella época, como toda la muchachada. Ojo con eso, que para verse más alta en la actualidad, tiene infinidad de opciones.
Renovarse o morir: uno que no se sienta en los laureles es Mauricio el Chunche Montero. Ya vimos toda la batahola que se armó con el (maravilloso) comercial que protagonizó para Uber. Y ahí sigue dándole con todo, pues ahora sacó su marca de ropa deportiva que se llama... no podía ser de otra forma: El Chunche. “Es para tener una entradita fija”, les dijo a los medios. Este Mauricio qué va, fijo heredó la malicia campesina, junto con ese hablado que lo ha convertido en todo un emblema de la Tiquicia pueblerina de antaño.
Los benditos “infomerciales” que se pusieron de moda hará unos 20 años, cuando las cableras se masificaron, se han vuelto cada vez más objeto de chota, aunque si siguen vigentes es porque funcionan.
Actualización sobre el estado de salud del actor Sergio Paniagua:
Después del cierre de esta edición, el miércoles pasado, el carismático actor fue intervenido en una operación de seis horas, el jueves anterior, en la cual los médicos lograron extraer todo el tumor. Sin embargo, al final de la cirugía comenzó a agravarse, le faltaba la respiración y hubo que practicarle una traqueotomía. Un TAC reveló que no existen coágulos en el cerebro --uno de los mayores temores--, sin embargo, el grado de inflamación hizo que los médicos le practicaran un coma inducido, estado en el que se encontraba hasta ayer sábado por la noche. Las cadenas de oración entre colegas, familiares y amigos se activaron por doquier.
La esposa de Paniagua, Kimberly Saavedra, narró al diario La Teja que al conocer esta complicación estuvo a punto de desmayarse, pero de inmediato se recompuso al recordar la fe y la férrea lucha con la que su marido ha afrontado esta situación, y asida a la esperanza, aguarda las noticias sobre la evolución de su esposo.
Lo que sí nos dejó con el ojo cuadrado por estos días es ver uno en el que anuncian una fajota como de Espartacus que, en teoría, acintura a quien se la coloque. Lo malo es que entre las modelos que exhibieron las bondades del producto está, nada más y nada menos, una de las mujeres con el mejor cuerpo de Costa Rica, la Miss Costa Rica 2011, Johana Solano, quien, además, actualmente es triatlonista y, básicamente, una atleta de alto nivel.
Eso fue casi lo mismo que poner a Johana en un anuncio sobre los efectos milagrosos de una marca de pastillas adelgazantes. Ojo, la tica no tiene nada que ver en esta crítica, ella obviamente fue fichada por la empresa; lo que sorprende, y hasta indigna, es que, a estas alturas, los hacedores de milagros en ventas por televisión se sigan sintiendo como si le estuvieran vendiendo hielo a los esquimales.
Nuestras plegarias fueron escuchadas: NC Once regresa (en otro formato o como sea, pero regresa) al horario de las 6 de la tarde. Siempre nos ha gustado el estilo de ese noticiario y, a esa hora, nos queda de película a muchos que ya tipo 7 nos damos por informados para darles paso a otras faenas. Enbuenahora que el canal de La Uruca haga los ajustes necesarios: independientemente de que se sienta una “cambiadera” constante, acá prevalecen el interés del televidente y, por supuesto y como debe ser, el del medio.