“¿Cuándo empezaron los dragones a ser algo cool?”. Esa es la pregunta que, en el fondo, veo a muchos hacerse cuando una salida a un restaurante se transforma en una discusión sobre Game of Thrones.
“Tenés que verla”, dice un amigo. “No me gustan las historias de magia y fantasía, pero si ves el primer capítulo y te gusta, ya estás adentro”.
Ese primer episodio no tiene dragones, pero sí deja ver las tramas llenas de suspenso, la crudeza y el cinismo que hay en los siguientes 49 episodios de la serie.
Este domingo 24 de abril, la sexta temporada de Game of Thrones se estrenará en HBO y nos dará otra bofetada de 50 minutos, otro motivo para interesarnos por las mitologías de espadas y armaduras.
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Querida. La serie está basada en los libros de George R. R. Martin. El escritor de 67 años nació en Nueva Jersey y antes de publicar sus novelas trabajó en producción y guiones de series de televisión.
Martin se propuso hace 20 años escribir una trilogía sobre un mundo fantástico, en el que las familias del continente Westeros luchan por el poder del mundo que conocen.
Las primeras novelas pasaron casi desapercibidas y fue hasta que la serie se estrenó, en abril del 2011, que se volvieron éxitos en ventas. A la fecha se han publicado cinco libros y se espera que haya por lo menos dos más.
La cantidad de material que tiene Martin, las historias, los mundos que ha creado son tan grandes que él ha sugerido que cuando termine Game of Thrones debería haber un spin off, una continuación de alguno de los arcos históricos. La demanda que tiene la serie, lo justifica.
En el 2015, se calculó que la serie fue vista por 6,88 millones de televidentes en promedio. Esto sin contar contar los millones que piratean la serie semana con semana y los otros millones que ven la serie en 160 países.
Cada capítulo de la serie cuesta $6 millones en promedio. ¿Cómo se han financiado si HBO no vende publicidad? Las suscripciones al servicio de HBO, además de los miles dólares que reciben por la producción de mercadería oficial y la venta de DVD (en el 2015, la venta de la cuarta temporada recaudó unos $170 millones) han sido suficientes.
Si comentar fuera deporte –y a veces en Internet, pareciera serlo– Game of Thrones debería tener sus propias olimpiadas.
La noche en la que la quinta temporada regresó, Twitter tuvo al menos 885.000 menciones explícitas al show , y en esa misma red social, restaurantes, marcas de licor y compañías de ropa hicieron chistes alusivos a la serie y sus personajes.
Una fiebre similar se desató este año cuando salieron los primeros adelantos de la sexta temporada. Desde medios prestigiosos hasta blogs especializados analizaron imagen por imagen los adelantos para tratar de sacar pistas, un fenómeno que replica la fiebre que ardió con el primer tráiler de Star Wars.
Violencia. Pero claro, Star Wars es para toda la familia. ¿Cómo es que una serie con asesinatos, guerras, violaciones, y en la que niños que se ven obligados a matar, tiene tantos seguidores?
Primero hay que decir lo obvio: el drama humano siempre atraerá las miradas, con o sin morbo. La serie tuvo una polémica escena de violación la temporada pasada y la escena fue tan cruda que incluso medios como el sitio feminista The Mary Sue dejaron de cubrir la serie.
“Sabíamos que sería perturbante para muchos, pero no esperábamos que hubiera gente en el congreso de Estados Unidos mencionándola”, dijo Jeremy Podeswa, director del episodio.
Acerca de Ramsay Bolton, el personaje que cometió la violación, el actor Iwan Rheon dijo a New York Times que en una serie en la que los héroes no son como los conocíamos hasta ahora, era de esperarse que los villanos fueran “peores”.
Esa ambigüedad, en la que los malos y los buenos actúan buscando su versión de “lo correcto” con igual brutalidad, es quizá uno de los mayores atractivos de esta serie.
“Game of Thrones tomó un género popular, y le añadió política y psicología”, dijo James Poniewoszik, de the New York Times .
“Sus ideas sobre el poder –por ejemplo, que los líderes pueden ser condenados por la pureza rígida– enturbiaron las dicotomías morales de la fantasía de Tolkien”, agregó el escritor.
Los productores saben muy bien que el show puede pasar por amarillista, pero no tienen miedo a usar estas situaciones para darle realismo a la serie.
“He estado escuchando un podcast sobre la Primera Guerra Mundial y si piensas que lo que hacemos en el show es terrible, échale un vistazo a la historia del mundo y a lo que pasa todos los días: no estamos inventando nada nuevo”, comentó el productor Bryan Cogman.
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Lo que viene. La sexta temporada promete mantener toda la tensión que suele haber en la serie y al día de hoy, las expectativas no podrían estar más altas.
La sexta temporada irá más allá de la trama que ya está escrita en los libros. Los productores de la serie trabajaron de cerca con Martin, pero se espera que la historia tome algunos giros propios.
Este año, HBO no dejó ver a ningún medio de comunicación los primeros episodios, pero sí se sabe que habrá una batalla épica en uno de los episodios que, como es costumbre, usará escenarios reales y la menor cantidad de efectos especiales posibles.
“Lo decimos todos los años, pero es cierto: la sexta será la temporada más grande de Game of Thrones. Incluso me tomó a mí por sorpresa... ¡y yo ayudé a escribirla!”, comentó Cogman.
La gran batalla de esta sexta temporada será, entonces, la de un grupo de productores que tratará de sorprendernos como público una vez más. Spoiler: lo lograrán.