EscucharCrítico de televisión Colores Me parece lamentable cuando los invitados a los programas de tele de la mañana van vestidos de luto. La tele mañanera es fresca y energética, busca despertar al día con entusiasmo; entonces, el vestuario debe armonizar con esa actitud. Adiós al saco negro y bienvenidos los verdes, azules, celestes, arenas, incluso chaquetas de tweed , un poquito más casuales y agradables. Y en lugar de camisa blanca, los colores vibrantes son más apreciados, quizás con corbatas de franjas, con dos colores, porque más colorido sería una exuberancia tropical ya demasiado distractora del mensaje.Los hombres podrían tener esas consideraciones para proyectarse mejor. La imagen pública de quien habla se construye también a partir de cómo dice las cosas y de cómo se presenta. Seguir el ejemplo no está mal. Este miércoles, Buen Día , de canal 7, presentó a dos ginecológicos espectaculares en tele. Uno brasileño y el otro chileno, ellos saben jugar en las grandes ligas de la televisión, y son parte de un congreso médico desarrollado esta semana en el país. Uno vestía de azul y el otro de arena, ambos con una actitud abierta y relajada, hablando con calma de las opciones para las señoras. “¡Así es como se hace!”, pensé. Comento el asunto porque los ticos descuidan mucho ese aspecto tan importante, incluso los periodistas.Otras reglas importantes para que usted vea quién está en sintonía y quién no son las siguientes: en tele no se puede ser ni el primero ni el último en la moda, porque la presentación llamaría demasiado la atención, y eso no es bueno para el mensaje. También es sustancial vigilar el color de los calcetines para que sea del color del pantalón o del zapato, así no habrá tres colores al pie y no parecerá a Zepillín. Además, es vital revisar la suela del zapato porque si cruzan el pie, se ve horrible la imagen del desgaste, aunque el zapato esté en buen estado.Ojo a esto también: a los hombres les causa mucha incomodidad el maquillaje en tele. Sí, a los hombres también los maquillan. Eso también deben superarlo. El maquillaje evita que las luces de la tele se reflejen en la grasa natural de la piel y parezcan grasientos o sudados, porque eso la gente lo interpreta como nerviosismo.Antes, sobremaquillaban a los hombres. Ahora no, no les quitan las ojeras que son parte de la masculinidad ni les delinean el ojo para hacerlos más expresivos. Ahora se trata solo de matar el brillo y darle un pequeño golpe de color, no de rosa como a las señoras, sino de amarillo, como procede con los hombres frescos. Finalmente, préstele atención a un truco: en tele los hombres deben sentarse como hacen las señoras, sobre la falta del saco. De lo contario, se les hace una arruga muy profunda en el cuello y quedan como embutidos como si tuvieran un saco de dos tallas más grandes al de la medida. Ese detalle hace mucho la diferencia entre una imagen fresca y pulcra y otra mortuoria y descuidada.
