Un viaje que realizó a Australia, sirvió para que Kelly Osbourne mostrara el despampanante cuerpo que hoy tiene, y del cual puede hacer alarde tras cambiar su alimentación y someterse a una intensa rutina de ejercicios.
Junto a la fotografía que publicó en Instagram, la conductora escribió: “No me importa, me veo bien”, confirmando, una vez más, que está orgullosa de sus curvas y no teme enseñarlas.
Desde el 2009, la hija de Ozzy Osbourne, emprendió una lucha personal por tomar el control de su vida, al alejarse de su adicción a las drogas y el alcohol. El resultado, para ella, valió la pena.
Actualmente, y con 40 kilos menos, la joven se centra en consolidar su carrera como presentadora de TV y especialista en moda, además de incursionar en el negocio con su propia línea de ropa.