La mujer y la muchacha, sentadas en la orilla de una piscina, conversan. Dice la mujer: al crecer, muchas cosas cambian. Pregunta la mujer: ¿cómo podrías estar segura de que no vas a cambiar de opinión?
—Eso es como si yo te preguntara: ‘¿estás segura de que no vas a querer ser hombre algún día?’ – le responde la muchacha.
La muchacha se llama Jazz Jennings, tiene 15 años y nació con cuerpo de hombre, aunque su mente y su espíritu son femeninos.
El de Jennings es un caso particular: la chica ha sido una de las personas más jóvenes del mundo en ser documentadas, de forma pública, por su disforia de género; es decir, la discordancia entre su identidad de género y su género anatómico.
Cuando Jennings tenía apenas cuatro años, a la chica se le diagnóstico ese trastorno psicológico y, dos años más tarde, ella y sus padres acaparaban titulares de prensa y minutos en televisión: compartían su historia, una de aceptación y tolerancia, como una forma de derribar las barreras del miedo, del odio y de los estereotipos. Las barreras de la ignorancia.
La niña Jazz pasó buena parte de su infancia frente a las cámaras y su historia fue documentada y compartida en muchísimas ocasiones.
Hoy, ella ya no es una niña. Es, en cabio, una adolescente. Su cuerpo y su mente entran en una etapa realmente conflictiva.
Un punto homologa a los clichés: que suelen ser ciertos.
Es un cliché decir que la vida de los adolescentes no es sencilla, pero al mismo tiempo es una verdad universal: esos cinco o seis años son una seguidilla de transformaciones tanto corporales como sociales.
Si a esa receta para el desastre se agregan los retos propios de una persona transgénero, el resultado puede ser revelador.
Esa es, precisamente, esperanzadoramente, la premisa de Soy Jazz , un reality show que muestra la vida de Jazz Jennings en su segunda, conflictiva etapa: la pubertad.
Días nuevos, días distintos
Jazz ha llevado una vida intensa pero, al mismo tiempo, tranquila.
Su personalidad es cálida y llevadera, algo que demuestra en su canal de YouTube.
Allí ha cosechado un nivel de reconocimiento importante –no por nada le siguen más de 177.000 suscriptores– que incluso le ha permitido convertirse en vocera para la juventud transgénero.
Empero, ahora Jazz tiene frente a ella un reto mucho mayor que comunicarse con casi 200.000 espectadores o frente a foros repletos mientras recibe premios por su labor en pro de los derechos de la población LGBT.
Más intimidante, incluso, que ser seleccionada por la revista Time como uno de los 25 adolescentes más influyentes del 2014.
Entrar al colegio por primera vez es así de intimidante.
El camino es complicado y Jazz deberá enfrentar los retos propios de cualquier adolescente, tanto como los de una persona transgénero.
Además, lo hará frente a una cámara.
En este particular viaje, la chica no está sola.
Le acompañan sus padres, sus abuelos y sus tres hermanos y hermanas, quienes no son ajenos a la experiencia: sus vidas también son trastocadas por lo que ocurre alrededor de Jazz.
La serie se estrenó hace tres meses en Estados Unidos y la crítica ha sido bondadosa con ella.
Brian Lowry, crítico televisivo de la revista Variety , escribió que la serie “está construida con sensibilidad y se aparta del morbo. Su relato es sencillo y sensible, y agrega una nueva dimensión a los procesos educativos, capturando y mostrando los retos asociados a la identidad sexual durante una edad tan vulnerable”.
Por su parte, James Poniewozik, de la revista Time , aseguró: “ Soy Jazz es una apasionante historia sobre chica adolescente en transición. Pero también es una historia sobre la transición que atraviesan todos los demás”.
En aquella entrevista mencionada al inicio de este artículo, la mujer le preguntó a Jazz qué deseo le pediría a un genio de la lámpara.
— Sé que no pediría: no pediría no ser transexual. Me gusta ser quien soy. Estoy orgullosa de mí y de lo que he conseguido. Me ha hecho una persona más valiente y se ha convertido en una parte de mí.
Esa actitud es el centro narrativo de Soy Jazz , un reality show más cercano a la calidez humana que al circo.
Véalo. Miércoles 28. TLC. 8:00 P.M.