Harvey es un buen chico. Plancha sus sábanas, siempre llega a tiempo y es un buen amigo; pero su vida es un poco aburrida.
Sus amigos Foo y Fee, por el contrario, viven la vida al máximo, no hay día en el que no disfruten y hagan bromas hasta caer rendidos al filo de la noche; así que ellos, al ver al buen Harvey ser un poco tímido, se proponen como meta cambiar su vida y hacerla un poco más salvaje.
Harvey pasará de la tranquilidad de portarse bien a incurrir en las más divertidas aventuras con el impulso de sus mejores amigos. Las reglas están hechas para romperse y parece que Harvey quiere hacerlo con creces.
El ave con gigante cabeza azul y gran corazón, se va a enfrascar en situaciones fuera de lo común para un chico de su clase. Él está acostumbrado a ser siempre el bueno, el pequeño en el que todos en Bigbark Woods confían, así que para su vida no será nada fácil el cambio que Fee y Foo le proponen.
Bajo la guía de los hermanos gemelos, Harvey hará lo impensado: luchará contra una banda de ardillas y hasta le robará la bicicleta al mapache gruñón de Randall.
En Bigbark Woods los problemas estarán a la orden del día cuando Harvey, Fee y Foo se dispongan a ser felices a costa de los demás, aunque tengan que pagar el precio de sus acciones al final de cada episodio.
La dulce ave también desafiará a sus propios temores. Los tres amigos, entre sus aventuras, escalarán grandes árboles para escupir desde las alturas.
Estos tres animalitos descubrirán también cómo pasarla genial aunque no celebraron San Valentín. El trío se inventará un Día de No San Valentín para repartir bromas entre sus amigos más cercanos.
Una de las situaciones más divertidas de la serie será ver a Harvey y a los gemelos disfrutar de una extraña fiesta en un club nocturno. Los chicos estarán de juerga toda la noche y Harvey se declarará fan de la música disco.