El 19 de junio del año pasado, el mundo del showbiz recibió, azorado, la noticia del súbito fallecimiento de James Gandolfini, a causa de un infarto y mientras se hallaba de vacaciones en Italia.
Como suele ocurrir, tras el shock inicial no quedó otra que la resignación... el tiempo voló y resulta que ya pasó un año desde aquel día en que los consumidores de entretenimiento televisivo se dividió en dos: los fans de Tony (Soprano) y James (Gandolfini)… y el resto.
Con excelente tino, la gigante cadena HBO preparó un documental titulado James Gandolfini: Tributo a un amigo, que aborda la figura del robusto actor más allá de su trabajo, con testimonios de más de una veintena de sus amigos y colegas de profesión comentando anécdotas, describiendo al actor ganador de tres premios Emmy, dibujando el perfil y la personalidad del intérprete.
Como se afirmó en un especial publicado en su honor en esta misma publicación, un año atrás, posiblemente, al momento de su muerte, a James Gandolfini no le hubiera gustado todo el escándalo, la batahola generada por su temprana y repentina muerte.
Sin embargo, con el escenario ya más mesurado, se da el escenario propicio para que los afectos del mafioso más querido de la televisión se solacen recordándolo y contando anécdotas inéditas.
De acuerdo con la crítica, HBO la pegó por todo lo alto con esta reseña, que posiblemente evocará recuerdos, provocará risas y, sin duda, también lágrimas en muchos de sus miles de fans.
Y es que quizá los millones de adeptos a la serie que lo catapultó no se habían percatado, antes de su muerte, de que era Gandolfini y no Soprano quien realmente los había cautivado.
Por el bajo perfil que James Gandolfini mantuvo en vida, sus reseñas biográficas empezaron a pulular por el mundo justamente a partir de su muerte.
“Fue un actor que rehuía de la atención mediática, que se sentía incómodo al hablar de su vida y al que el personaje de Tony Soprano, el diabólico y atormentado mafioso que el mundo conoció y admiró a través de Los Soprano , lanzó casi a regañadientes al estrellato”, afirmó en ese momento un despacho de AP.
Pero también fue celebrado por papeles en la televisión, el teatro y el cine que fueron más allá del éxito obvio de Los Soprano .
Todos sus allegados coinciden en que antes, durante y después de la ya mítica serie, fue un actor de carácter que nunca tuvo un ego grande y que asumía papeles que despertaban su interés, no papeles que le garantizaran ser el centro de atención.
“Me siento mucho más cómodo haciendo cosas pequeñas” , declaró hace no mucho, siempre según la agencia AP.
Y en el último año antes de su fallecimiento, sus actuaciones en el cine incluyeron papeles de reparto en el docudrama sobre la caza de Osama bin Laden Zero Dark Thirty , de Kathryn Bigelow; en el drama de los años 60 Not Fade Away , del creador de Los Soprano David Chase; y en la cinta sobre el crimen organizado Killing Them Softly .
Pero bueno, serán sus más cercanos quienes ahora ofrezcan detalles inéditos de la vida de este titán, medio calvo y corpulento, que se erigió hacia las estrellas a pesar de parecer la antítesis de un actor capaz de mantener el interés de los espectadores, entretenerlos, horrorizarlos y llevarlos a quererlo de un modo en el que nunca habían querido a un héroe de la pantalla chica.