Tan solo mencionar el nombre de Gordon Ramsay provoca terror en futuros y potenciales chefs bajo su tutela, así como congoja en el espectador.
Sí, él es una de esas pocas personas que tiene ese “don” de infundir estrés y pánico, aunque esto poco a poco se va transformando en gratitud, en el mejor de los casos.
El británico tiene claro su norte: promover un excelente servicio de atención al cliente y que este se vea reflejado en los ingresos obtenidos en un negocio. Su experiencia como reconocido chef internacional, le ha permitido convertirse en un verdadero “salvavidas” para restaurantes que están a punto de quebrar.
Es esa misma experiencia la que traslada a la serie Hoteles del infierno , que regresa a la pantalla de Fox Life con una segunda temporada. Allí, Ramsay se hospedará en los peores hoteles de todo el mundo con el propósito de evaluar su funcionamiento y atender las más altas expectativas de cada uno de los empleados y de los huéspedes.
En cada episodio, tanto propietarios como el resto del personal son puestos a prueba. Algunos aceptarán los cambios que recomienda Gordon, mientras que otros decidirán seguir su camino y enfrentar las consecuencias. Esa será parte de la disyuntiva a la que se enfrentarán cada uno de los protagonistas.
“Estas son historias con las que cualquiera puede sentirse identificado, porque virtualmente todos hemos tenido una mala experiencia en un hotel que ha convertido nuestras vacaciones o viaje de trabajo en un total desastre”, aseguró Ramsay hace algunos meses.
Como es tradición en el temperamental chef, en cada capítulo emprenderá una nueva misión de rescatar de la quiebra a los hoteles y posadas más lúgubres, para evaluar cada detalle con su inimitable perfeccionismo.
Quiéranlo o no, Gordon Ramsay llegarácon el fin de hacer de su experiencia en el sector hotelero la única carta de salvación, para no sucumbir y ser una de las sedes de esos Hoteles del infierno , de los que todos intentan huir.