En la tele, la decisión de probar formatos se basa no solo en la rentabilidad y en la audiencia sino en la mecánica de producción, la racionalización de los recursos.
Así, canal 9 ha mostrado algunos programas en diversas líneas. Primero, la manufactura sencilla – El garaje , Un show de huevos , Noveno piso – con una realización poco demandante, basándose en la improvisación de sus presentadores para sostener su emisión, producidos en el estudio del canal y con empotramiento fijo de cámara que facilita la realización.
La otra línea de programas del 9 conlleva producción más compleja, como La máquina de sueños , de Thelma Darkings, producido en el campo, fuera del canal y con casos distintos todas las semanas. Esto complejiza la realización.
En esta línea nos traen un nuevo reality show llamado Peso a peso .
Esta semana empezó y espera contar la historia de participantes que intentan bajar de peso y ganar un premio de ¢2 millones.
De un castin abierto se seleccionaron 15 participantes. Al cabo de una semana, el número fue recortado a ocho participantes que serán protagonistas.
Esta semana se basó principalmente en intervenciones en una especie de foro desde un set del canal, donde los participantes contaban sus experiencias de vida.
Este fue un inicio más que lento y hasta contraproducente debido a dos razones: el material de apoyo de campo escaso y la dinámica en el estudio con un tratamiento dramático somero.
Las conversaciones tienen potencial, pero no pasan de intercambios emocionales amparados en una posición simplemente moral y de observancia. Decir que algo es malo o bueno no es suficiente en un reality show , pues el programa se construye para ver esas aristas en movimiento. Se necesita compromiso de la producción para producir material que individualmente ilustre esas vivencias. Esto solo incidía en lo discursivo y no en la acción.
La verosimilitud no debe tratarse de manera ligera; en ocasiones en el foro parecía olvidarse que se construía un espacio para televisión, y se tornaba en una charla privada de apoyo.
La audiencia debe involucrarse no solo verbal, sino emocionalmente. Para que esto suceda, hay que procurar el material necesario.
A cambio tuvimos algún tipo de relleno con algunas personas que querían participar pero que no lo lograron. ¿Por qué generar especulación con esos participantes que no pudieron concursar si no van a ser vinculantes?
Un punto alto es la atinada participación de los especialistas. La audiencia podría sacar material útil para la casa. Aportando el material visual necesario, podría ser un valor para que la audiencia aprenda algún tip diario.
Habrá que esperar un esquema de producción que muestre verdaderamente el día a día de los participantes en su proceso. Entonces el programa será probado realmente en su capacidad y solvencia, pues lo visto esta semana únicamente difiere de los programas antes mencionados en el tema de fondo, pues la realización es la misma.
A la audiencia –más en una franja complicada como la de Peso a peso – debería entregársele una impresión más clara de lo que el show va a implicar en el futuro. Este inicio podría haber representado cortamente dos cosas: lo que el programa podría llegar a ser y lo que la gente podría esperar.
La decisión de enfrentar este tipo de formato viene de la mano, como comentamos al inicio, de una lectura de los recursos con que se cuenta a nivel de producción. Un programa de 30 minutos al día podría ser poco; esto haría difícil para la audiencia tomarle empatía por esta limitante.
Canal 9 tiene un reto importante: realizar un reality show de un modo responsable y que verdaderamente entregue contenido contextualizado, pensado. Lo invito a que le dé una oportunidad a este programa y juzgue por usted mismo la oferta.