Crítico de televisión
Niños. En nuestra tele todo se parece a algo y, hasta cierto punto, eso resulta natural, porque vivimos en el círculo de la gran producción latina y americana, por lo tanto caemos en la zona de influencia de las grandes cadenas. En ese sentido, la sorpresa deja de ser que Ondívedu , de canal 9, sea una copia de Nubeluz y, más bien, el asombro pasa a ser el darse cuenta cuán buena copia es, porque el programa tico domina los elementos de producción con total acierto. Así, superado el trauma de las coincidencias, el programa actualiza el formato con méritos: es multisensorial y potencia lo dinámico, lo emotivo y lo narrativo con soltura y equilibrio entre las partes. El peso del programa está en el ensamble de los musicales, las historias y los concursos, pero todos esos segmentos, tan distintos unos de otros, se entrelazan con armonía. Además, el programa es divertido. El movimiento es tan protagonista que, cuando no se logra en la escena, se construye en el montaje. El elemento narrativo resalta a simple vista por recrear un mundo de fantasía bien articulado. Se trata de concursos metidos dentro de la historia de hadas, con protagonistas, antagonistas, con trama y desenlace, con emoción creciente y cierre del hecho. Otro punto alto es que el programa potencia lo emotivo. Las muchachas, muy lindas como las originales, logran hacerlo con gracia y dulzura. El elenco femenino desborda simpatía y lucen un tono de voz maternal chineada. Junto a ellas, la mezcla de música, coreografías y cámaras para mostrar el escenario desde diferentes ángulos, ofrecen espléndida ambientación. Sin embargo, el enigma es por qué hablan a los niños desde la idea de superar la soledad. Es decir, los consejos parten del dolor, la soledad, la tristeza o la intranquilidad y ofrecen, eso sí, un alivio en ese mundo mágico, donde la diversión está sostenida con total convicción. Obviamente, Ondívedu es producción pequeña en recursos y grande en ideas. Si el canal quisiera, este podría ser un caballo de batalla buenísimo para su programación. Para eso, tendría que hacerlo diario y eso implicaría un costo alto. Sin embargo, de todos los programas de su nueva pantalla, este es el mejor logrado, el más pensado y el de mayor elemento comunicativo. Sin ánimo de especulación, si ese show estuviera en el 6 o 7, sería un programa estrella y tendría un impacto en la pantalla tica, acostumbrada a las imitaciones.