Alrededor de las 6:45 a. m. del 11 de setiembre del 2001, periodistas costarricenses se entregaban a sus tareas rutinarias sin percatarse que el día traería consigo un reto: anunciar a los costarricenses el ataque y la posterior destrucción de las Torres Gemelas en Nueva York.
Sin oportunidad de prepararse y haciendo uso de habilidades y recursos adquiridos en años de experiencia, comunicadores de radio y televisión mantuvieron transmisiones de hasta 18 horas.
Freddy Serrano, expresentador de la edición matutina de
“Logramos ver en los monitores una imagen de un canal extranjero. En la toma se observaba una de las torres con un agujero de humo... De inmediato, interrumpimos la pausa comercial y entramos con la información. Después de eso, yo no me levanté del asiento hasta las 5 p. m.”, relató el periodista.
Elberth Durán, exdirector de
“Nadie tenía certeza en ese momento qué era lo que estaba pasando. Me fui a la radio y entré al estudio. Vilma Ibarra presentaba su programa, pero de inmediato asumí la conducción”, recordó Durán.
Desde ese momento, Reloj unificó sus tres frecuencias para realizar una única transmisión.
De igual forma, la programación de los canales 6 y 7 y de radio Monumental fue reemplazada por las coberturas de los eventos en Nueva York y el Pentágono, así como de las reacciones a acerca de los sucesos en el país.
En la mayoría de casos, los noticieros se extendieron hasta la medianoche.
Ambos comunicadores manifestaron haber sentido incredulidad antes las imágenes que observaban en vivo por los monitores.
Amelia Rueda presentaba
Los medios hicieron uso de expertos para explicar los hechos.
“Los analistas nos ayudaron a comprender mejor el fenómeno, en especial cuando se empezó a acreditar el atentado a Osama Bin Laden. Mucho del trabajo fue explicar quién era”, dijo Jerry Alfaro, jefe de información de
Los medios también se vieron saturados por reportes de costarricenses radicados en Estados Unidos, así como de llamadas de familiares desesperados por contactar a sus seres queridos.
Los equipos periodísticos trabajaron al máximo para asimilar el flujo de información. “Se necesitó el apoyo de todos. Recuerdo que incluso el gerente de la radio, Hernán Azofeifa, corrió para conseguir entrevistas”, narró Rueda.