Entre otra de las grandes ironías con las que nos ha sorprendido el 2016, la serie de TBS Angie Tribeca , es uno de los últimos programas de procedimiento policial que todavía renueva temporadas.
Es, a diferencia de la fenecida CSI , una comedia de extremos: si en CSI una explosión dejó a un investigador herido y en el hospital, en Angie Tribeca la protagonista quedó en coma tras el impacto de una bomba. En coma y, además, embarazada.
“Hey, si te vas a volver loca cada vez que caes en coma y te abandono por otra mujer que después cría a tu hijo porque piensa que es mi hijo canadiense perdido, entonces vamos a tener una larga segunda temporada”, le dice el oficial Geils a Angie después de que esa última le monta una escena de reclamos tras, efectivamente, haberla abandonado y tomado custodia de su hijo.
Pese a que peca de tonta, digerir y disfrutar Angie Tribeca no es fácil. Hay que tener sentido del humor pero, más importante todavía, hay que tener serio sentido del absurdo para comprender todo lo que pasa.
Hay humor explícito en los episodios –la evidente parodia a las fórmulas de las series de policías– y, asimismo, hay humor que trasciende la estupidez innata de la serie.
En la segunda temporada, Rashida Jones –quien interpreta a la oficial Angela Tribeca– debe enfrentarse no solo al crimen (los asesinatos en restaurantes de sushi , los ahogamientos misteriosos que obliga a los oficiales a reinterpretar tomas de la serie noventera Baywatch ) sino a un triángulo amoroso que no tiene ni patas ni cabeza.
“¿Acaso no lo oíste? Él está teniendo sexo conmigo cuando piensa en ti. Supéralo, se está volviendo patético”, le increpa la doctora Monica Scholls a Angie para que se aleje de su relación.
Y aunque hay absurdo de sobra en la forma en que hablan los personajes, lo más importante es como actúan: David Hoffman, el compañero canino de uno de los policías usa calzoncillos y come cereal. No hay forma coherente de explicar cómo opera una imagen así para mover la trama a otra imagen aún más absurda, pero lo hace.
Angie Tribeca no es la primera serie en exagerar caricaturescamente los atributos de una forma de narrar para convertirlos en defectos –que lo diga el difunto Leslie Nielsen de ¿Dónde está el policía? –, la serie se aboca a la continuidad de sus enredos: en medio del declive de popularidad de las series de policías, Tribeca y su clan viven.
Véalo. Miércoles 7 de setiembre. TBS. 9:00 P.M.