En la comedia
La nueva producción del grupo Teatro Universitario, con un texto original del dramaturgo francés Guy Foissy, es interpretada por Roxana Campos, Ana Clara Carranza y Luchy Pérez, bajo la dirección de Carol Jiménez.
Según la directora, el texto se acerca bastante a una propuesta de teatro absurdo, en el que las acciones y los diálogos no parecieran tener mucha coherencia, reflejando entre otras cosas, la gran dificultad de las personas en la actualidad para comunicarse.
Las vidas de estas mujeres, muy distintas entre sí, convergen un día cualquiera en la parada del autobús. Las tres esperan una unidad que las llevará a un lugar llamado Gritadero.
Poco se sabe al comienzo de la trama acerca de la razón por la que desean ir a este lugar; con el avance de la historia, se descubre que, en la realidad de las protagonistas, Gritadero es el único lugar permitido para desahogar las penas y frustraciones gritando.
Por eso, cuando el bus que lleva a tan singular lugar, comienza a retrasarse, se incrementa un deseo de gritar en las tres; sin embargo, entre ellas se reprimen para no meterse en problemas.
No obstante, los problemas llegarán, cuando en la desesperación, una de ellas cruza una línea que, según las reglas de esa sociedad, no debió transgredir.
En su reflexión en torno a la obra, la directora se cuestionaba qué sucedería si los costarricenses y, en general, la sociedad actual no tuvieran oportunidad de desahogar sus problemas.
Jiménez considera que ese grito de desahogo llegaría tarde o temprano y con consecuencias. En la obra se plantea a la violencia como una consecuencia
“La sociedad actual tiene muchos gritaderos: los bares, los estadios, los
Planteadas a manera de guiño, sugeridas por los personajes mediante sus comportamientos, la obra expone temáticas como la deshumanización, la represión, los efectos de las presiones sociales y los deseos incontrolables que sufren algunas personas por lo material y banal, como hacer lo imposible por adquirir el celular de moda.
La puesta usa recursos mínimos en escena, toda la escenografía es una parada de autobús y un mupi. Con eso, el espectador centra su atención en el trabajo cuidadoso de las actrices.