Terruño Espressivo retoma el rumbo

Terruño Espressivo, compañía de teatro transformada ahora en la Asociación Cultural Terruño Espressivo, quiere que el 2011 sea el año en el que, definitivamente, retome el rumbo que tenía hasta que se apareció la crisis económica mundial, entre el 2008 y 2009.

En lugar de ofrecer de golpe, como hicieron en el pasado, una temporada con varias obras nuevas, concursos de puesta en escena y videodocumental, así como proyectos que vinculen a las artes escénicas con la música, ahora irán despacito y con buena letra.

Por eso, el grupo comenzó con una segunda temporada de su montaje Don Quijote, inspirado en la obra maestra de Miguel de Cervantes; ayer fue la primera función en el Liceo Samuel Sáenz, Heredia.

Además, el 4 de agosto estrenarán La controversia de Valladolid, original de Jean Claude Carriére, bajo la dirección de Fabián Sales. La obra se ambienta en el siglo XVI, donde se discute si los indios del Nuevo Mundo tienen alma o no. Esta puesta se realizará en coproducción con el Teatro Universitario.

Objetivos. Eduardo Mosheim, productor de la asociación, explicó que las obras que seleccionen reunirán varias características en común; la más importante es que sean producciones sostenibles económicamente. Es decir, que la misma obra genere los recursos necesarios para mantenerla girando.

“Tenemos que ir creciendo con los años, lograr una mayor producción, pero hay que garantizar la sostenibilidad. Me gustaría llegar a hacer hasta 10 producciones, pero, como dice el refrán, ‘despacio porque tengo prisa’”, dijo Mosheim.

Adicionalmente, serán montajes que tengan trascendencia o importancia cultural; esto con el fin de contribuir al desarrollo artístico del país, aseguró.

También serán espectáculos que reúnan las condiciones para presentarse en el salón parroquial de una comunidad rural o en una sala teatral.

Al buscar montajes pensados para presentarse en todo tipo de espacios, los de Terruño Espressivo quieren consolidar un circuito teatral, donde se involucre el mayor número de comunidades; además, piensan llevar algunas de sus obras fuera del país.

Debido al tema de la sostenibilidad, elemental en esta etapa de Terruño Espressivo, la transformación a la figura de asociación cultural se vuelve importante para el grupo.

Según el productor, ahora existe una junta directiva integrada por artistas de los escenarios, productores y una mercadóloga. Juntos discuten qué proyectos emprender y si son viables económicamente. Es muy diferente a la figura que existía antes, donde el presidente del grupo disponía de un presupuesto para las producciones, que él mismo gestionaba.

Además, buscan marcar aún más la independencia de la marca Britt, en cuyo seno nació la compañía de teatro, años atrás.

Mosheim añadió que el objetivo de la asociación no es lucrar, sino dar buenos espectáculos garantizándose los recursos económicos mínimos, pagándoles a los artistas involucrados lo justo.