Con canciones y divertidas ocurrencias las obras de teatro El Generalito y Las aguas del fin del mundo , llegan hoy para divertir y enseñar valores a los niños.
En el Teatro Giratablas se presenta desde este domingo una segunda temporada de la puesta El Generalito , del dramaturgo chileno Jorge Díaz, a cargo del grupo El Hormiguero Teatro.
Esta versátil puesta tiene como protagonista a un joven cualquiera, un ciudadano de un país que un día se cansa de hacer todo lo que un general tirano le ordena a su pueblo, como obligarlos a todos a avanzar frente a él de rodillas y usar solo prendas de color negro.
Por eso el héroe de la historia hará lo que considera necesario para demostrarles a todos los habitantes de aquel hermoso lugar, lo hermoso que puede ser el mundo si se le pone un poco de color.
La moraleja en este montaje, dirigido por Gabriel Ochoa, es levantar la voz en contra de las fuerzas que quieren abusar del pueblo, para lo cual usa una metáfora de una revolución de colores.
Uno de los elementos a favor de la obra, según su director, es que gusta tanto a niños como adultos, porque en el fondo es un gran canto a la paz, invita a disfrutar la libertad, fomenta la solidaridad y enseña que se vive mejor sin violencia.
Esta puesta en escena se presenta los domingos, a las 11 a. m., hasta el 1° de julio; la entrada tiene un valor de ¢3.500.
Naturaleza. También hoy, a las 11 a. m., pero en la plaza mayor de Cartago, el grupo artístico Papalote presentará su obra Las aguas del fin del mundo , original del costarricense Roberto Piedra.
El grupo emplea marionetas, cantos y dinámicas para compartir con los menores. Todo lo necesario para contarles las terribles consecuencias que asumirán los seres humanos, si no cuidan los ríos.
También se pone atención a lo importante de que los niños aprendan que reciclar es vital para el futuro, lo que evita la contaminación de las aguas y ayuda a reutilizar productos que antes se ven como simple basura.
Para el grupo, integrado por Rocío Monge, Abigaíl Araya, Gerardo Cruz, María Fernanda Calvo y Alice Barberena, el objetivo es poder llevar su propuesta a la mayor cantidad de escuelas, para aportar desde el teatro el mensaje ambiental en la conciencia de los niños.