Copenhague, Dinamarca. EFE La polémica envuelve a la sala Café Teatret, de la capital de Dinamarca. Este espacio tiene previsto representar una obra basada en el manifiesto o ideales del ultraderechista Anders Behring Breivik, autor del doble atentado del 22 de julio, en Noruega, en el que murieron 77 personas.
Manifest 2083 , que toma su nombre del documento difundido por Breivik horas antes de cometer los atentados, es un monólogo en el que un actor encarnará a Breivik y recitará fragmentos del mismo.
“Fue una tragedia horrible, y el modo de ejecutar a la gente de Breivik fue cruel. Pero el pensamiento que está detrás de los actos no es único. Es una expresión de un punto de vista ideológico y político”, declaró Christian Lollike, director de la obra y de este teatro de Copenhague, al diario Politiken .
Lollike defendió el derecho a reflexionar e investigar el pensamiento de Breivik con el objetivo de que no se repita otra masacre similar, aunque su explicación no parece haber convencido a sus colegas noruegos y a los afectados por los atentados.
Ragnar Eikeland, quien perdió a un hijo en los atentados de Behring Breivik, calificó la idea de ofensiva. La consideró una carga extraordinaria de dolor.
“Nadie debe hacer nada para difundir las opiniones de Breivik. Voy a llevar este caso al grupo de apoyo nacional para ver si podemos parar la obra”, afirmó Eikeland.
La Asociación de Dramaturgos Noruegos y prestigiosos escenarios como Det Norske Teater de Oslo, han acusado por su parte a Lollike de oportunista y de querer conseguir atención.
En Dinamarca las reacciones al proyecto han sido más matizadas, tanto en el mundo del teatro como en el de la política.
Por ejemplo, el portavoz de cultura del Partido Liberal, Michael Aastrup Jensen, lo calificó de una burla a las víctimas y a los que han sobrevivido.
Mientras que su colega socialdemócrata, Flemming Moller Mortensen, defendió el derecho del grupo a representar la obra, si bien aclaró que él no iría a verla.
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